viernes, 15 de febrero de 2008

ESCUELA DE DELINCUENTES

El viernes 15 se suscitaron hechos que reflejan parte de la idiosincrasia del pueblo mexicano, donde la cabeza de familia en lugar de atender a las autoridades les da una lección a sus hijos de cómo deberían actuar ante los representantes de la Ley.
En la madrugada se recibió un reporte a través del número telefónico Emergencias 066, reportando un pleito callejero, así que elementos de la policía se trasladaron a las calles Cornelio Lizárraga con José Marrufo, donde resultó detenido un menor con 15 años de edad y quedó a cargo de los hechos el policía estatal Roberto Flores Taboada.
Acto seguido el padre Armando Rosado Montejo de 50 años de edad se dispuso a darle una cátedra a sus hijos de cómo defenderse de las autoridades policíacas, así que junto con Martín y Jaime Emir Rosado May de 22 y 24 años de edad, rodearon y persiguieron al elemento policiaco hasta la calle Juan de Dios Peza, donde el policía al no encontrar escapatoria y al ser víctima de diversos proyectiles que les enviaba la familia, de las cuales uno de ellos le golpeó la cabeza y sintió que quedaba a merced de los vándalos, optó por sacar su arma en un intento de atemorizarlos, pero los lapidarios envalentonados por la fuerza numérica continuaron su agresión lo que motivó que el policía accionara su arma calibre 22, contra el líder de sus agresores.
El proyectil le dio en la pierna izquierda lo que hizo caer al líder de la banda y logró atemorizar a sus agresores quienes acudieron a auxiliar a su padre, maestro y líder de la banda.
En este caso podemos ver cómo se asocian varios individuos para cometer un delito contra un funcionario público en funciones, lo amedrentan, lo persiguen y lo agraden, sabedores que un policía no puede accionar su arma tan fácilmente porque primero están sus Derechos Humanos, aunque sus actos demuestren que son totalmente inhumanos.
La bala que disparó el policía estatal, tendrá que explicar, justificar y reponer en caso de que no logre demostrar que todo fue para repeler un ataque tumultuario. Para ello tendrá que presentar dos testigos.
Afortunadamente, este caso no tuvo mayores consecuencias ya que podría haber derivado en un ajusticiamiento masivo, donde la gente “haga justicia” por mano propia.

15 de febrero de 2008
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