domingo, 15 de febrero de 2009

Casitas del Sur: Tráfico de menores

Foto: Julieta Mora / cuartoscuro.com
La voz de Mayra Azucena Martínez se quiebra cuando habla de todas las revelaciones que han surgido tras la denuncia de la desaparición de su hija, Ilse Michel: “Tenemos miedo, mucho miedo. Es que no sabemos a qué nos estamos enfrentando”.

Desde su pequeña casa en el fraccionamiento Sierra Hermosa, en Tecámac, Estado de México, esta mujer de 29 años nunca se imaginó que aquellos pleitos interminables con su ex esposo, Iván Curiel, desembocarían en una compleja investigación —en la que podría intervenir también la Procuraduría General de la República— respecto a una red de trata de infantes en todo el país. “Es increíble que todo esto haya salido, no me cabe en la cabeza”, relata Mayra, “pobrecitos todos esos niños que estaban ahí… Pobrecita de m’hija”.

Ilse: la punta del iceberg

Nació el 10 de agosto de 1998. Decidieron que su nombre llevara las iniciales de sus padres, Mayra e Iván. Pronto, Ilse Michel se convirtió en la nieta favorita, una niña risueña que con su cabello ondulado y sus poses conquistaba las cámaras fotográficas. Su alegría no duró mucho. Desde antes de que naciera sus padres vivían en medio de pleitos y agresiones por infidelidades o por dinero. Cuando la niña cumplió dos años, Mayra e Iván se separaron. El abuelo paterno de la niña, Sergio Curiel, se hizo cargo de ella. Durante cinco años, Ilse vivió entre hombres, junto a su abuelo Sergio, su padre y su tío Ulises.

En el 2005 el abuelo decidió separarse de su esposa —la madre de Iván— con quien tenía más de 20 años de casado. El hijo enfureció. Semanas después, Sergio se enteró de que su propio hijo lo acusaba de abusar sexualmente de la niña. También denunció a Mayra por violencia doméstica. Esto provocó que en septiembre de ese año Ilse Michel entrara al albergue temporal de la Procuraduría de Justicia del DF (PGJDF), mientras se resolvía el pleito por su custodia. Allí pasó dos años.


La desaparecida Ilse Michel.

Su familia sólo podía observarla a través de un vidrio. Al año siguiente, la Procuraduría determinó que Ilse no fue víctima de abuso por parte de Sergio o de su hijo Ulises. “Yo le pregunté si era cierto, si la habían tocado y ella me dijo: ’No mamá. Yo lo inventé porque mi papá me dijo que dijera eso’”, relata Mayra.

Por circunstancias que la Fiscalía del Menor del DF aún no logra aclarar, en 2007 la niña fue trasladada a la Casa Hogar Casitas del Sur, por órdenes de la entonces fiscal Alicia Azzolini. “No había motivo para que se la llevaran porque esa casa hogar es para niños abandonados o que no tienen con quién quedarse, pero Ilse se podía quedar conmigo”, explica Ardelia Martínez, abuela materna de la niña. Decidió entonces pelear por la custodia de la niña.

El 20 de agosto de 2008, el Juzgado 16 de lo Familiar otorgó a Ardelia la guarda y custodia de la niña. Cuando acudió a la casa hogar, la representante legal, Elvira Casco, rehusó entregar a la niña porque supuestamente tenía problemas psicológicos. Después, la Procuraduría emitió una orden judicial para que se entregara a la infante. “Yo la esperaba para mi cumpleaños –dice Mayra, quien nació el 13 de octubre de 1979– nunca llegó”.


Los operativos

Ardelia presentó una denuncia por la retención de su nieta y la PGJDF decidió abrir la averiguación previa FDS/TI/238/05.06. En noviembre, la directora del albergue, Vanesa Barroso, fue consignada al Reclusorio Sur por el delito de retención de menores. Poco después, quedó en libertad.

Ilse Michel seguía sin aparecer. Entonces, el 29 de enero de 2009, la Procuraduría decidió realizar operativos simultáneos en los dos albergues de Casitas del Sur: uno ubicado en 16 de septiembre 125, en San Miguel Ixcalco —donde estuvo Ilse— y otro en el 447 de la autopista México-Cuernavaca. Vecinos relataron que cada viernes, por la madrugada, un grupo de por lo menos diez hombres entraba a las instalaciones del albergue y permanecía allí por varias horas. “Queríamos reportarlo, pero después nos dio miedo”, dijeron.

Las autoridades rescataron a 116 infantes —56 niños y 60 niñas—, quienes fueron llevados al DIF nacional. Los menores presentaban síntomas de deshidratación y, según versiones de la Procuraduría, repetían mensajes fatalistas como “El mundo se va a acabar” y acusaban a las autoridades de cometer “un pecado”. Esto provocó que se abriera una nueva línea de investigación: la intervención de una secta cristiana atrás de Casitas del Sur.


Los Perfectos…

Foto: Julieta Mora / cuartoscuro.com
El nombre de la secta cristiana fue sinónimo de escándalo en 2005, cuando se revelaron operaciones irregulares en la casa hogar La Casita, en Cancún, Quintana Roo. En ese entonces, Leidy Campos Vera fue acusada de retención de menores tras la desaparición de varios niños en el citado albergue, perteneciente a la organización Defensa de los Derechos Humanos de la Mujer y el Menor Desvalido.

Entonces Campos Vera era subprocuradora de Averiguaciones Previas del estado, cuando también se realizó el fallido operativo contra el empresario Succar Kuri, acusado de pederastia y pornografía infantil. La relación de ella con Casitas del Sur derivó de la investigación en torno a la desaparición de Ilse Michel.

Según la averiguación previa FAM/B05/T2/0012/07-09, la representante local del albergue, Elvira Casco Majalca, afirmó que la administración de la casa “le fue asignada a Leidy Campos”.

A Leidy Yolanda Campos Vera se le vincula con la Iglesia Cristiana Restaurada, también llamada Los Perfectos. Esta secta está encabezada por Jorge Ederly Graham, según lo consignado en diversos medios de comunicación de Quintana Roo, así como en sitios de internet especializados en sectas y grupos religiosos. La Iglesia, registrada desde marzo de 2000 ante la Secretaría de Gobernación con el folio SGAR/-2434/2000, tiene dos sedes: una en el número 16 de la calle Luis David, en la colonia Mixcoac del DF. La fachada del recinto aparenta ser todo menos una iglesia: tiene inscrita la leyenda Caribe Fiesta Palace y es allí donde cada domingo se celebra el culto. La otra sede está en el Eje 3, colonia San Pablo de las Salinas, en Tultitlán, Estado de México. Según vecinos, la casa antes funcionaba como escuela y luego se convirtió en iglesia. Allí, nadie respondió al llamado de MILENIO Semanal. El líder local de la iglesia es Antonio Domingo Paniagua Escandón, y los demás integrantes son Sixto García Castañeda, Alberto Burgos Licona y como apoderado aparece Gerardo Tejada Martínez. El nombre de Paniagua también está relacionado con la organización Reintegra, AC, misma que opera Casitas del Sur.


…Y los activistas

Foto: Sandra Perdomo
En Cancún, cuando se reveló la desaparición de menores y se aprehendió a Campos Vera, agrupaciones civiles organizaron protestas contra el gobierno local y estatal. La fundación ALAS (Asociación Latinoamericana de Activistas Sociales) encabezaba las protestas que, incluso, terminaron con la detención de más de 20 manifestantes. A través del sitio www.lacasitadecancun.com, ALAS dio una cobertura mediática puntual a las manifestaciones.

Algo muy semejante ocurrió con Casitas del Sur en el DF. El 30 de enero de 2009, inmediatamente después de los operativos en el albergue, grupos de manifestantes que no querían revelar su identidad, comenzaron una serie de protestas en contra de la ex fiscal para menores, Alicia Azzolini; del procurador Miguel Mancera y del jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard. Incluso, en una de las manifestaciones, acusaban al perredista de parecerse a Adolfo Hitler.

Sus protestas —de las que llevan seguimiento en fotografías y videos y que publican en varios idiomas— están en las siguientes páginas: www.aliciaazzolini.net, www.aliciaazzolini.com, www.ebrard-para-presidente.com y www.miguelmancera.com. En un desplegado publicado el 23 de noviembre de 2008, acusan a la ex fiscal Azzolini de “proteger desde la PGJDF a pederastas y violadores de niñas”, por orquestar un “acoso judicial fascista contra las ONG de derechos humanos femeninos” y hasta por “forzar a una menor de nombre Ilse Michel a regresar al mismo lugar donde fue violada por su padre, por su tío y por su abuelo”.


Refugio de amor: el lazo en Monterrey

En Monterrey, a finales del año pasado surgió un caso vinculado con Casitas del Sur. Allí, la operación del Centro de Adaptación e Integración Familiar, AC (Caifac) tiene muchas similitudes con el de los otros dos albergues. Todo empezó cuando una menor de 12 años escapó del albergue de Caifac, llamado Refugio de Amor, y denunció ser víctima de maltratos y tortura. Según la niña, los directivos de Caifac los golpeaban con varas o los dejaban colgados de las manos si se negaban a realizar alguna tarea para la casa. Además, padres de familia denunciaron la desaparición de tres menores: Julio César, Adriana y Diana Elizabeth.

Ante esto, la Procuraduría de Justicia de Nuevo León realizó ocho cateos simultáneos en albergues manejados por Caifac y rescató a 24 menores, quienes fueron trasladados al DIF Capullos. Además, se detuvo a seis personas que trabajan para la organización. “Los menores que viven en Caifac son víctimas de maltrato, vejaciones y humillaciones por parte del personal”, dijo Óscar Ojeda, abogado que interpuso la denuncia. Pese a esto, los tres menores siguen desaparecidos.


Todo forma parte de una red: ONG

Foto: Sandra Perdomo
Frente a este escenario, organizaciones civiles indican que existen suficientes indicios para diagnosticar que detrás de las Casitas del Distrito Federal, Cancún y Monterrey, opera una red de trata de menores. “Hay una absoluta falta de regulación y vigilancia de estos lugares. Los niños que estaban ahí no se sabe siquiera quiénes son. Son las condiciones idóneas para la operación de redes de trata y explotación de niños”, expresa Margarita Griesbach, directora de la Oficina de Defensoría de los Derechos Humanos, “es realmente una línea de investigación que no se puede descartar y que se debe investigar con mayor contundencia por parte de la Procuraduría”.

Resalta en todos estos casos la negligencia gubernamental en la atención y supervisión de las casas-hogar, lo que permite el manejo discrecional de los niños. “Es la típica situación en que un centro opera en total impunidad, porque se trata de niños que nadie va a reclamar, niños abandonados, que no están visibles”, indica Alicia Leal, de Alternativas Pacíficas, “esto se presta a que pase de todo con los niños: desde adopciones ilegales hasta el tráfico de órganos”. Se habla de que la organización que opera estos albergues también tiene centros en Morelos, San Luis Potosí y hasta en Tailandia.

Según datos oficiales, el tráfico de seres humanos genera un negocio por más de 9 mil 500 millones de dólares al año. Por ello, el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, anunció que pedirá a la PGR una investigación de los hechos. “Lo que tenemos que hacer en primerísimo lugar es encontrar a esta niña; número dos, fincar responsabilidades, ya sea a Casitas del Sur o a quienes estén vinculados; finalmente vamos a pedir el apoyo de la Procuraduría General de la República”, dijo.

Mientras tanto, en la casa de Tecamac, Mayra tiene fe en que Ilse Michel aún esté en México. Poco a poco va sacando de una bolsa vasos, recipientes y otros juguetes decorados con figuras de princesas de cuento. “Le encantaban. Siempre quería jugar a ser una de ellas. Me agarraba el labial y me decía ’píntame mami’”, cuenta al observar la colección de juguetes que le esperan a Michel cuando regrese. “Quiero decirte hija, que te amamos con todo el corazón. Estás en mi alma y en mi corazón”.

Porque lo único que le queda es la esperanza.


Los involucrados
  • Alicia Azzolini: ex Fiscal para Menores de la PGJDF. Ella autorizó el traslado de Ilse a Casitas del Sur.
  • Gloria Santos: Juez 16 Familiar. Otorgó a Ardelia Martínez la custodia de su nieta Ilse.
  • Elvira Casco: representante legal de Casitas del Sur. Fue quien reveló el lazo del albergue con Leidy Campos.
  • Vanesa Barross: directora del albergue cuando se negó la entrega de Ilse. Fue consignada al Reclusorio Sur por retención de menores y después quedó en libertad.
  • Miguel Ángel Mancera: procurador de Justicia del DF. Tiene bajo su cargo la administración del albergue temporal para menores, las investigaciones sobre el paradero de Ilse y las anomalías en el albergue Casitas del Sur.
  • Lorena González: ex directora del Albergue Temporal para Menores. Tras el escándalo renunció al cargo.
  • Jesús Valencia: director del DIF-DF. Tiene bajo su responsabilidad y supervisión los albergues de la ciudad.
  • Leidy Yolanda Campos Vera: ex subprocuradora de Averiguaciones Previas de Cancún, Quintana Roo; fue acusada de retener a menores en la casa hogar La Casita. Presuntamente, también operaba el albergue Casitas del Sur en el DF.




Adriana Esthela Flores
www.milenio.com