sábado, 20 de junio de 2009

Vendieron cocaína recalada en 2 millones 354 mil pesos

* Afirmaron que cuando pescaban en Majahual encontraron un cargamento del alcaloide, el cual cargaron en sus lanchas y lo ocultaron
* Luego se dieron a la tarea de buscar un comprador y obtuvieron dos millones 354 mil pesos por la venta
* Llevaban el dinero para guardarlo en Veracruz cuando fueron detenidos



Por Daniel Sánchez y Lilí López


CAMPECHE, CAMP., 18 de junio.- Los cinco chetumaleños detenidos en la carretera federal Escárcega-Chetumal con más de 2.3 millones de pesos, revelaron que llevaban el dinero a guardar a Veracruz, ya que era producto de la venta de un cargamento de droga que se encontraron en Quintana Roo.

Durante su declaración preparatoria, Daniel Rodríguez Barrio y sus hijos Clemente, Daniel y Filiberto Rodríguez Aguilar, así como Anselmo Rivera Primo, solicitaron la ampliación del término constitucional, por lo que ahora será hasta el lunes cuando el juez defina su situación jurídica.

Los cinco presuntos integrantes del grupo armado de “Los Zetas”, quienes han manifestado ser de escasos recursos económicos, no cuentan con abogado particular y están siendo asistidos por una defensora de oficio federal, que le asignó el Juzgado Segundo de Distrito.

En tanto, la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Campeche, mantiene abierto un triplicado del expediente y continúa llevando a cabo otras investigaciones respecto a este caso.

Cabe recordar que alrededor de las 04:30 horas del domingo, un vehículo Explorer-Vagoneta, marca Ford, color gris, modelo 2002 y placas de circulación UVS-7609, de Quintana Roo, propiedad de Víctor Manuel Carrillo Ramos, conducida por Filiberto Rodríguez, y una camioneta pick up, submarca Tornado, color roja, modelo 2006, con número de placas SZ-81024 del Estado de Quintana Roo, propiedad de Alejandra Monroy Román y guiada por Clemente Rodríguez Aguilar, provenientes de Chetumal, Quintana Roo, circulaban a exceso de velocidad.

Agentes de la Policía Federal Preventiva, quienes mantenían activo el operativo “Anti-asalto” en el kilómetro 159 de la carretera federal 186 Escárcega-Chetumal, en el tramo ejido Kilómetro 120-límites con el Estado de Quintana Roo, les marcaron el alto.

Los conductores detuvieron su marcha y a petición de los uniformados, entregaron documentos de los vehículos y sus respectivas identificaciones.

Los ocupantes del vehículo Explorer dijeron responder a los nombres de Filiberto Rodríguez, Daniel Rodríguez (papá), Anselmo Rivera Primo y el menor Delfino Aguilar Nepomuceno, mientras que en la camioneta viajaban Clemente Rodríguez y Daniel Rodríguez (hijo).

Al momento de inspeccionar la camioneta, uno de los policías descubrió que los forros de las portezuelas estaban semidesprendidos de su base, por lo que retiró el de la puerta izquierda, descubriendo que pegado a la carrocería, estaban ocultos cuatro paquetes forrados con papel negro y nylon adherible.

De inmediato, revisaron la puerta derecha, observando más paquetes, por lo que al ser cuestionados, Daniel Rodríguez Aguilar manifestó que llevaban dinero, lo que motivó su detención.

En este operativo, fueron asegurados ocho paquetes que contenían la cantidad de dos millones 354 mil 800 pesos, en billetes de diferentes nominaciones.

En base a ello, el Ministerio Público de la Federación inició la averiguación previa AP/PGR/CAMP/CAMP-IV/103/2009, en la que cada uno rindió su declaración preparatoria, cayendo en contradicciones, pues decían que dicho dinero era para un familiar, que para adquirir un vehículo o para diversas actividades.

El hallazgo del cargamento
Posteriormente, revelaron que en días pasados, cuando se encontraban de pesca, al parecer en Majahual, a media hora del poblado Limones, perteneciente al municipio de Othón P. Blanco, en Quintana Roo, localizaron un cargamento de cocaína, el cual cargaron en sus lanchas y ocultaron.

Los tres hermanos, junto con su papá y los otros dos cómplices, se dieron a la tarea de buscar un comprador, a quien luego le vendieron el valioso cargamento de droga, aunque se desconoce la cantidad exacta.

Los dos millones 354 mil 800 pesos, que recibieron del comprador, los distribuyeron en ocho paquetes y los ocultaron en las portezuelas de la camioneta, ya que los estaban llevando a guardar al Estado de Veracruz, pero no lograron su objetivo, pues fueron descubiertos.

De acuerdo al trabajo de investigación de POR ESTO!, se tuvo conocimiento que Daniel Rodríguez Barrio era de oficio campesino y sus hijos Daniel, Clemente y Filiberto Rodríguez Aguilar eran pescadores en Majahual; inicialmente, durante 10 años, vivieron en una casa humilde en la colonia Veracruzana del poblado Limones, pero por su condición de pobreza, el Infovir le construyó al jefe de la familia, una vivienda de material.

Los pobladores de Limones manifestaron que desde hace seis meses, Daniel Rodríguez y sus tres hijos abandonaron la comunidad, no volviendo a saber de ellos, enterándose ahora que fueron detenidos con una importante suma de dinero y que podrían estar relacionados con “Los Zetas”.

No alcanzan fianza
El miércoles, los cinco detenidos, quienes fueron consignados como responsables de los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, contra la salud y asociación delictuosa, con la asistencia de la defensora de oficio federal, rindieron su declaración preparatoria y solicitaron la ampliación del término constitucional, misma que fue concedida.

En este lapso de tiempo, los presuntos delincuentes aportarán pruebas para demostrar su inocencia, que al igual que la declaración anterior, deberá ser convincente, para que el juez resuelva su situación jurídica.

Por último, se sabe que los tres delitos por los que fueron consignados, son considerados graves y en caso de que se le dictara auto de formal prisión, no alcanzarían la libertad bajo fianza.

Los asesinaron por asfixia



De Umán uno de los ejecutados esta semana en Cancún

20/06/2009

CANCÚN (El Universal y Megamedia). La Procuraduría de Justicia de Quintana Roo identificó a los tres ejecutados que aparecieron anteayer en una camioneta de lujo.

Uno de ellos era el yucateco Hugo de Jesús Sánchez Centeno, 46 años de edad y oriundo de Umán. Se trataba de un agente de Migración con base en Cozumel, aunque con residencia en Playa del Carmen. Lo identificó su madre, Dolores Centeno Buenfil, quien llegó de Mérida y concluyó la diligencia a las 19:20 horas de ayer viernes.

Horas antes, en entrevista telefónica desde Chetumal, el procurador Bello Melchor Rodríguez explicó que se trata del cubano Iván Gregorio Blanco Hernández, de 48 años de edad, quien al parecer tenía antecedentes penales o al menos estaba bajo investigación de la Policía Judicial.

Otro cadáver fue identificado como Alfredo Rosales Sánchez, un vendedor de artesanías originario de Acapulco, conocido como “el Acapulco”, que en los resultados de la necropsia arrojó evidencia de consumo de cocaína. Según se dijo, Rosales Sánchez era el dueño de la camioneta Jeep Liberty en la que aparecieron los cuerpos.

El funcionario dijo que el testimonio de Eduviges López Gómez, pareja del ejecutado, ayudó a identificarlo, a saber que tenía 36 años y que vivía en el fraccionamiento “El Petén”.

Al cubano Blanco Hernández , de 48 años, también se le identificó como “el Talibán” y era investigado por su participación en varios ilícitos.

Según la autopsia, a los tres ejecutados los asesinaron al colocar trapos en su boca y cubrir sus cabezas con bolsas plásticas para asfixiarlos.

Ayer, muy temprano, militares escoltaron al general Anastacio García Rodríguez, comandante de la Guarnición del 64 Batallón, quien llegó a las instalaciones de la Secretaría municipal de Seguridad Pública en Cancún, donde se reunió con el nuevo titular de la dependencia, Urbano Pérez Bañuelos. En los patios de la corporación estuvieron estacionadas dos unidades del Ejército varias horas cerca de la zona de la armería, el acceso a la zona fue restringido por personal de la dependencia. En un principio se dijo que los militares llevaban detenidos a dos elementos de la corporación pero la versión se desmintió después de que salieron los militares.

Pérez Bañuelos también admitió ayer que la versión impresa del mapa geodelictivo de la ciudad, recientemente actualizado, “se extravió”, presumiblemente durante el proceso de entrega recepción en que el militar en retiro asumió el mando.

El documento ubica geográficamente las zonas de mayor peligrosidad en la ciudad, los sitios donde operan pandillas, el número de sus integrantes, edades, nombres o alias, así como puntos de distribución de drogas al menudeo.