lunes, 13 de septiembre de 2010

No se percutió ni una bala, todo fue un trabajo de "inteligencia"

Francisco Gómez y
Xóchitl Rangel
www.eluniversal.com.mx
Puebla, Puebla 

Iban preparados para una batalla. Ametralladoras calibre 50 y algunos de los mejores marinos de las Fuerzas Especiales tenían como misión detener a Sergio Villarreal Barragán, El Grande, y sabían que si la inteligencia fallaba y no podían sorprender al capo podría haber un fuerte choque. No lo hubo. Sin disparar una sola bala, capturaron a su objetivo y salieron del lugar.

La información de inteligencia ubicó a El Grande, uno de los narcotraficantes más buscados por las autoriadades mexicanas, en una casa de la calle de Mercaderes del exclusivo fraccionamiento Puerta de Hierro, en Puebla.

El operativo fue rápido, discreto y exitoso; 30 elementos de las Fuerzas Especiales de la Armada de México, que llegaron en cinco vehículos y fueron apoyados por un helicóptero, ingresaron al fraccionamiento, sorprendieron a El Grande, lo arrestaron y de inmediato lo trasladaron a la ciudad de México.

Sergio Villarreal Barragán estaba acompañado por otras dos personas, que también fueron detenidas.

El Grande era el principal operador de Héctor Beltrán Leyva, El Hache, actual líder de la organzación criminal Beltrán Leyva, aunque algunas versiones aseguran que ya estaban peleando por el control del cártel con el propio Hache, y con el hoy detenido Édgar Valdez, La Barbie.

El gobierno federal calificó la detención como un “contundente golpe” contra el crimen organizado, y en especial para el cártel de los Beltrán Leyva.

Sobre El Grande pesan siete averiguaciones previas del fuero federal y tiene una orden de aprehensión por delincuencia organizada. La Procuraduría General de la República (PGR) ofrecía hasta 30 millones de pesos por información que llevara a su captura.

“La Secretaría de Marina dio un nuevo golpe al crimen organizado al detener a Sergio Villarreal, quien era el principal operador de la organización criminal de los hermanos Beltrán Leyva y tenía un nivel jerárquico equivalente a Édgar Valdez, La Barbie” dijo anoche, en Los Pinos, el vocero del gobierno federal en materia de seguridad, Alejandro Poiré.

“Esta captura es un nuevo y contundente golpe del gobierno federal al crimen organizado, dada la alta peligrosidad y jerarquía de esta persona dentro de una de las organizaciones criminales más extendidas en el país, que hoy se encuentra profundamente debilitada”.

Poiré informó que también fueron detenidos Jesús Enrique Jurado Torres y Ramiro Cisneros Aguirre, a quienes se les decomisaron cuatro vehículos (tres blindados), además de armas y municiones

La operación

Dos vehículos de la Armada bloquearon las puertas de acceso y salida del lugar, mientras que un helicóptero sobrevoló la casa marcada con el número dos de la calle de Mercaderes e infantes de Marina se apostaron frente al domicilio donde se refugiaba el capo junto con una persona mayor y dos mujeres más. No hubo un solo disparo porque Sergio Villarreal, El Grande, se entregó sin oponer resistencia.

El personal de Marina tomó, prácticamente, el control del fraccionamiento minutos antes. Los tres policías que se encontraban en las puertas de acceso y salida fueron encerrados dentro de la caseta de vigilancia, sin permitírseles hacer llamadas o movimiento alguno.

Los marinos cerraron las calles internas del fraccionamiento y antes de apostarse frente al domicilio de El Grande pidieron a los vecinos más cercanos colocarse en un lugar seguro dentro de sus casas y cerrar las puertas.

Vehículos blindados y artillados de la Armada quedaron frente al inmueble y los infantes tomaron posiciones de tirador.

Los marinos, cubiertos con pasamontañas sometieron a Villarreal Barragán y lo trasladaron al helicóptero que lo llevó a la ciudad de México.

Un enemigo de “La Barbie”

El Grande y La Barbie sostenían una confrontación personal en Morelos y Guerrero, luego de que el primero presuntamente responsabilizaba a Valdez Villarreal de haber traicionado a Arturo Beltrán Leyva, El Barbas lo que habría ocasionado la muerte del capo durante un enfrentamiento con infantes de la Marina en Cuernavaca, Morelos, en diciembre pasado.

Tras la muerte de El Barbas aparecieron en Morelos mantas firmadas por El Grande en el que amenazaba a La Barbie.