jueves, 29 de septiembre de 2011

Yoni Javier Díaz García, detenido por agresión a mujer


Una mujer que fue atacada por un desquiciado sujeto, exige justicia a las autoridades para que su agresor sea castigado conforme a la ley.

La denunciante aseguró que el detenido ha sido protegido por policías municipales y por personal de la Subprocuraduría de Justicia, pues sólo fue puesto a disposición del ministerio público por lesiones y podría quedar en libertad con el pago de una fianza.

El pasado miércoles, elementos del Ejército detuvieron en la Región 244, manzana siete, lote cuatro, colonia México a Yoni Javier Díaz García, de 27 años.

Los militares solicitaron la intervención de Seguridad Pública, ya que el sujeto en cuestión era señalado de haber intentado asesinar a Lilia Barrera Leana.

El desquiciado sujeto ingresó al domicilio de la agraviada y comenzó a golpearla con un mazo en la cabeza, provocándole serias lesiones.

Sin embargo, al estar a disposición de Seguridad Pública, resultó que el detenido es pariente de dos policías municipales y pretendían dejarlo en libertad.

Finalmente, el detenido fue puesto a disposición del Ministerio Público del Fuero Común acusado por los delitos de allanamiento de morada y homicidio en grado de tentativa.

Este último delito fue reclasificado después al delito de lesiones, pues según el médico legista, las lesiones que presentaba la mujer tardan menos de 15 días en sanar y que no dejan ningún tipo de secuelas.

Tanto Seguridad Pública como la Subprocuraduría de Justicia pusieron “su granito de arena” para que el detenido tuviera la oportunidad de poder salir bajo fianza, ya que el delito no es considerado como grave.
Según el propio registro de Seguridad Pública, los hechos ocurrieron el pasado miércoles cuando los policías municipales del Sector 1 atendieron un llamado de auxilio del número de emergencia, para verificar un reporte de robo en proceso, en la Región 244.

Al llegar se entrevistaron con la agraviada, manifestando que había sido agredida con un marro en la cabeza por un sujeto que trató de robarle en su domicilio, después de agredirla el sujeto salió corriendo del domicilio para darse a la fuga. Con las características que le proporcionaron a los preventivos se implementó un operativo de búsqueda, logrando ubicarlo cuadras más adelante.

Tras haber sido golpeada con el martillo en la cabeza, la mujer tuvo que ser atendida por paramédicos de la Cruz Roja, quienes la trasladaron al Hospital General a bordo de la ambulancia QR-16 para recibir atención médica.

Con lágrimas en los ojos, la agraviada exigió a las autoridades que se haga justicia y que no se deje en libertad a su agresor, sólo por ser familiar de policías municipales, que están precisamente para salvaguardar la integridad física de los benitojuarenses y en el caso de la Subprocuraduría de Justicia, su labor es esa, la de procurar justicia.

Asaltan camión de La Corona



Chetumal, Quintana Roo

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) informó que al filo de las 16:00 horas de hoy elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) de la partida en la comunidad de Dos Aguadas prestaron un auxilio a dos trabajadores de la empresa cervecera Corona que fueron asaltados cuando circulaban a bordo de un camión repartidor y resultaron heridos por un grupo de delincuentes fuertemente armados. Un compañero que también iba a bordo de la unidad perdió la vida en el lugar de los hechos.

Uno de los afectados comentó que circulaban en un tramo de terracería aproximadamente a unos 6 kilómetros, antes de llegar al poblado de Dos Aguadas a bordo de un camión, color blanco, con placas de circulación TE-80-865, propiedad de la empresa cervecera Corona y en determinado momento, fueron sorprendidos por tres sujetos, los cuales se encontraban escondidos entre la maleza, quienes les dispararon a “quemarropa”.

Así que cuando Hugo Sánchez Gómez redujo la velocidad de la pesada unidad, observó que de la maleza salieron tres personas de sexo masculino y uno de los hampones se trepó al estribo, del lado derecho del copiloto.

El asaltante sacó de entre sus ropas un arma de fuego y le disparó a “Jeremías y/o Nehemías”, al cual hirió de muerte. Mientras que los otros dos asaltantes lograron herir a la altura del tórax y cuello a Hugo Sánchez Gómez.

Miguel Juárez Ramos instintivamente intento cubrir su rostro y resultó con una herida de impacto de bala en la mano derecha, dicho proyectil atravesó su mano y quedó alojado en el pómulo derecho del rostro con entrada y salida en el costado izquierdo.

Inmediatamente, sobre poniéndose a la sorpresa del ataque y con las heridas recientes, Hugo Sánchez Gómez y Miguel Juárez Ramos, bajaron por el lado del conductor cruzaron la carretera y se internaron del otro lado de la carretera tratando de huir de sus agresores.

Los asaltantes rápidamente procedieron a apropiarse del maletín conteniendo el dinero de la venta del día, pero al ver agonizante a "Jeremías y/o Nehemías" uno de los delincuentes procedió a darle el tiro de gracia, ocasionando su muerte instántanea.

Otro de ellos empezó a perseguir a los sobrevivientes de la agresión pero al encontrar a Miguel Juárez Ramos con la herida en la cara tendido sobre un charco de sangre pensó que estaba muerto y decidió regresar a ver sus compañeros que tenían el maletín, para posteriormente darse a la fuga.

Los empleados de la cervecería internados entre la vegetación esperaron prudentemente hasta cerciorarse que se habían fugado sus agresores para regresar hasta el camión, haciendo un esfuerzo sobre humano, Hugo Sánchez Gómez abordó la unidad pesada y se trasladó hasta el poblado Dos Aguadas.

Mientras su compañero Miguel Juárez Ramos era trasladado en una motocicleta hasta llegar a la partida de la Policía Estatal Preventiva, donde solicitaron su apoyo.

Los elementos policíacos al ver la gravedad de las heridas subieron en una patrulla a los malheridos para su traslado inmediato al Centro de Salud de Nicolás Bravo, posteriormente fueron auxiliados por los paramédicos de la Cruz Roja que los trasladaron a la clínica del Seguro Social de Chetumal.

La unidad motriz quedo bajo custodia de la Policía Estatal Preventiva del poblado Dos Aguadas, lugar donde llegaron integrantes de la Procuraduría General de Justicia del Estado para dar inicio a las investigaciones del asalto, mientras que el agente del Ministerio Público del Fuero Común dio fe de los hechos y ordenó el levantamiento del cadáver para su traslado al Servicio Médico Forense.


Los matazetas


Leo Zuckermann

La última vez que entrevisté a Eduardo Guerrero, experto en seguridad, me dijo: "El momento que estamos viviendo en México es similar a cuando crecieron los grupos paramilitares en Colombia". ¿Voz de profeta? Parece que sí. Y me refiero a lo que está ocurriendo en Veracruz.

La semana pasada aparecieron 35 cadáveres en una de las principales vías de Boca del Río. Al parecer eran delincuentes que ya habían sido fichados por la policía. Se dice que pertenecían a Los Zetas. Posteriormente salió un video en internet del autodenominado grupo Los Matazetas. Ahí anuncian que su labor es erradicar a este cártel del estado de Veracruz porque ellos están en contra de la extorsión, el secuestro y el robo patrimonial. Cabe destacar que no es la primera ocasión en que aparece un video de este grupo en internet. En YouTube se puede observar otra pieza similar de julio de 2009.

¿Fueron Los Matazetas los que asesinaron a los presuntos criminales de Los Zetas? ¿Hay grupos en México, patrocinados por el sector privado o ciertos gobernantes, que están recurriendo a este tipo de tácticas para resolver el crimen organizado? No lo sabemos con certeza, aunque es probable que así sea. Como argumenta Guerrero, en este tipo de situaciones, cuando la sociedad y los gobiernos se sienten rebasados, típicamente crecen los paramilitares que en un principio cuentan con apoyo explícito o tácito de la gente desesperada. De hecho, el nuevo video de Los Matazetas, del 24 de septiembre, tiene el objetivo de atraer el apoyo de una sociedad cansada de los crímenes de Los Zetas.

Pero no nos vayamos con la finta. La realidad es que los paramilitares no son una solución al problema. De hecho, pueden agravarlo más. Si algo se aprende de la experiencia colombiana es que, lo que un momento parece ser un remedio, luego se convierte en mal mayor.

El paramilitarismo en Colombia tiene una larga historia. Surgió como una "solución" social, fuera del Estado, a la penetración territorial de las guerrillas comunistas. Ante la imposibilidad de las autoridades de combatirlas, terratenientes organizaron o contrataron ejércitos para defenderse de la "justicia revolucionaria" que incluía el pago de derecho de piso, el secuestro y el asesinato. Durante mucho tiempo los paramilitares tuvieron el apoyo de varios sectores de la sociedad. El problema es que estas guardias blancas, que por definición están en la ilegalidad, comenzaron a tener contacto con otros grupos ilegales: los del crimen organizado. Y comenzó lo que Óscar Gamboa Argüello ha llamado "simbiosis total" del paramilitarismo con la delincuencia. Ese es precisamente el problema. Los paramilitares empiezan con la defensa de la sociedad para pasar "luego al bandidaje" y "terminar en el narcotráfico y la delincuencia con el uso del terror".

Gamboa cuenta el caso de Rodrigo Mercado quien empezó ofreciéndoles seguridad a los ganaderos ricos de una región asolada por remanentes de las FARC. "Luego convirtió a los hacendados en sus víctimas con el robo de ganado, explosión de sus fincas y cobro de vacunas hasta que se alió con traficantes del interior del Golfo de Moroquillo y garantizarles seguridad y embarque de cargamentos de cocaína al exterior". Su poder se extendió a varios municipios: "El proceso de control territorial estuvo acompañado de masacres, desapariciones, asesinatos, que la comunidad calcula en dos mil víctimas".

El presidente Álvaro Uribe procedió a terminar con el paramilitarismo en Colombia. Entendió que la "solución" había agravado el problema. Propuso, entonces, un "proceso de desmovilización" paramilitar. Negoció con ellos y les ofreció un trato especial. A los miembros activos les decretó una amnistía e incentivos para que dejaran las armas. Gracias a este acuerdo, se desmovilizaron más de 30 mil paramilitares en Colombia. De esta manera, la mayoría de los crímenes que cometieron estos grupos quedaron impunes.

¿Es eso lo que queremos en México? Desde luego que no.

Por más bonito que nos hablen Los Matazetas en sus videos de YouTube.

La historia no deja dudas: los supuestos "salvadores" de hoy fácilmente pueden convertirse en los verdugos de mañana.


Pena de muerte

Por Flor Berenguer

Cuando estudiaba mi primera carrera profesional, la situación en casa era crítica en lo económico y familiar. Sin entrar en dolorosos detalles que afectarían a terceros, diré que me vi. obligada a trabajar para poder estudiar.

Así las cosas, los empleos de medio tiempo para alguien que recién salió de la prepa no crecen en los árboles y con muchos esfuerzos conseguí el peor de ellos pero que al menos me permitía llegar a tiempo a clases.

Éste consistía en dar clases de literatura española a los presos de la penitenciaría para varones de Santa Martha Acatitla, la grande, denominada así porque allí se encuentran aquellos criminales que ya han agotado todas las instancias legales y compurgan allí su sentencia hasta el término.

Por las condiciones excepcionales de la secundaria técnica que opera al amparo de la ley de normas mínimas y remisión parcial de la pena, se me autorizó el empleo sin contar con el título de maestra normalista ya que agradecen al cielo que cualquiera se aparezca a cubrir las vacantes mal pagadas, peligrosas y encima lejanas.

Durante casi 5 años mi rutina diaria iniciaba de madrugada para llegar en 3 ó 4 camiones hasta el fin de Iztapalapa a checar tarjeta antes de las 7 a .m., dar mis clases, colaborar en las entrevistas para preliberación y realizar otras actividades de orden cultural. Salía de allí a medio día con una torta de frijoles y una concha tomadas del rancho carcelario para llegar a CU antes de mi primera clase a las 2 pm.

Esos años departiendo con lo más granado de la criminalidad me autorizan moralmente a reiterar que creo totalmente en la pena de muerte y que considero indispensable revivir el espíritu original del artículo 22 de nuestra constitución que la señala para secuestradores, salteadores de caminos, traidores a la patria y asesinos con alevosía.

Estoy harta de escuchar las explicaciones bizantinas de los defensores de los derechos humanos que sólo se abocan a tutelar los de los criminales sin pensar que son las víctimas las que deberían quedar salvaguardadas de entes que no merecen el calificativo de humanos y menos aún de animales ya que estos matan por hambre o protección, nunca por el placer de hacer daño o generar una ganancia adicional al sustento cotidiano.

En mis años de trato con criminales, violadores, secuestradores, asaltantes, pederastas, narcotraficantes, asesinos a sueldo, rateros y maleantes de toda calaña puedo asegurar que hay en algunas personas un gen maligno que impide toda rehabilitación y que la linea sutil del bien y el mal está totalmente borrada en sus mentes.

Para ellos no hay rehabilitación posible, sólo la destrucción de su malignidad pone a salvo al resto del mundo de esta mancha contaminante.

Con los pelos de la burra en la mano puedo afirmar sin temor a que nadie me contradiga que las cárceles no son centros de rehabilitación como cacarean las autoridades sino verdaderas universidades del crimen, sobre todo las prisiones mexicanas que tienen este sui generis sistema tipo Club Med donde el preso goza de mil canonjías siempre y cuando las pueda pagar y que son un verdadero insulto de corrupción para las víctimas a las que la justicia nunca les cumple.

El caso de Fernando Martí, este terrible secuestro que no sólo acabo con la vida de un jovencito de sólo 14 años, sino con toda su familia que quedó moralmente destrozada, vuelve a poner en el tapete de la discusión el tema y creo que ya hay que dejarnos de niñerías y aceptar que la realidad nos ha rebasado y que no vivimos en Disneylandia.

El diputado priista Emilio Gamboa desde la Cámara de Diputados lanza la propuesta y yo estoy dispuesta a sentir simpatía electoral por cualquiera que saque de circulación a esos seres abominables sin entraña que no se tocan el corazón para jugar con la vida y suerte de los demás, porque no nos hagamos idiotas ¿alguien espera que años en reclusión rehabiliten a estos monstruos?

La opción que dan los defensores de los derechos humanos es la cadena perpetua que no lo es tanto ya que la pena máxima en México es de 40 años no acumulables y con la ley de normas mínimas y remisión parcial de la pena hablaríamos que en no más de 18 años el sujeto estaría en la calle delinquiendo de nuevo, eso, claro está, si no se fuga antes, tras vivir entre rejas de nuestros impuestos gozando de visitas familiares, conyugales, comida casera, televisión, celda privada y todo lo que su dinero le pueda comprar gracias a la rampante corrupción carcelaria.

No seamos inocentes, el Mocha orejas o estos judiciales de la banda de la flor no tienen rehabilitación posible como tampoco la tienen quienes actúan por compulsión como los violadores y pederastas, por lo tanto antes que una manzana pudra a todo el barril es mejor desecharla.

Por ello le invito a que presione por que la pena de muerte regrese a nuestro país. Ya se que los estudiosos del derecho, mismos que posiblemente no hayan pisado una cárcel ni de broma vengan a decirme que eso no limita la delincuencia, argumento que tal vez sea cierto en teoría pero en la práctica se ha demostrado que la mano dura ayuda bastante a evitar las reincidencias.

En esos avatares de mi rocambolesca vida, pasé un tiempo en Afganistán y Pakistán, países musulmanes que no se andan con cuentos a la hora de castigar el crimen.

Allí si robas, se te corta la mano criminal y la horca te espera en casos de asalto, asesinato o narcotráfico, con lo cual puedo afirmar que me sentía más segura al viajar al lado de los guerrilleros Mujaidines afganos que dejando mi carro estacionado en una calle céntrica de la Ciudad de México.

Por ello celebro y lo hago con mayúscula que el gobernador Perry de Texas no haya echado la pata para atrás a la hora de castigar a José Medellín, ese tamaulipeco indocumentado que hace 15 años tomó parte en la violación tumultuaria, tortura y muerte de dos adolescentes en Houston y al cual tan 'valientemente' defendió a un costo millonario el gobierno mexicano aduciendo al hecho que cuando fue detenido él no solicitó auxilio consular ni se le informó del derecho al mismo.

Medellín, cínico en su confesión, esperó en el pabellón de la muerte por una clemencia que no tuvo para con sus víctimas tras alegatos legales que le prolongaron la vida 15 años. Finalmente la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos se puso de corbata a la Corte Internacional de la Haya e hizo lo que su ley dice en su país. Y de nuevo lo apoyo, ya basta de hacerle a la Madre Teresa de Calcuta con esta bola de desechos sociales.

Necesitamos mano dura, que delinquir no sea buen negocio, que la policía nos cuide en vez de hacernos sus víctimas y que en México el crimen no sea buen negocio.

Cuando pienso en cuantos Fernando Martí hay por allí, víctimas de judiciales, policías, Afis y demás yerbas, reitero mi llamado a que dejemos de pastar mansamente como borregos y alcemos la voz con un ¡Ya basta! claro y fuerte que se escuche en las urnas, único lenguaje que entienden nuestros políticos Totalmente Palacio.

A estas altura de mi vida, tan llena de altibajos, bueno , más bajos que altos, curtida por la crueldad de verdaderos pros, no siento que tenga ya nada que perder al intentar iniciar un movimiento ciudadano que responda realmente a lo que siempre hemos soñado y nunca hemos obtenido, como dice mi admirado Mario Benedetti :'Te quiero en mi paraíso, es decir que en mi país la gente viva feliz, aunque no tenga permiso.

¿Te gustaría entrarle?

Flor Berenguer