viernes, 23 de agosto de 2013

Despido injustificado...despido despiadado



Familias de ex policías se manifestaron inconformes por el despido injustificado de sus esposo, algunos de los cuales tienen dos décadas laborando al servicio del gobierno del Estado.

Por: Luis Angel Cabañas Basulto

Transitábamos ayer poco después del mediodía sobre la avenida Insurgentes de Chetumal, a la altura del Instituto Tecnológico, cuando la serie de inútiles silbatazos sin ton ni son de un agente de la Secretaría de Seguridad Pública en la esquina de uno de los semáforos, nos llamó de sobremanera la atención, aunque observar las docenas de policías por los alrededores del Observatorio nos hizo “descubrir” qué ocurría.

No habíamos leído los periódicos de este viernes, pero no hacía falta ser adivinos para estar casi seguros de que se trataba de un evento del gobernador Roberto Borge Angulo, ya que se ha vuelto muy peculiar ese estilo suyo de encerrarse entre agentes de seguridad particular y privada en cualquier reunión para evitar que se entere directamente la población o asista.

No es nada nuevo. La cerrazón del mandatario ha sido una de sus principales características desde el inicio de su sexenio, ignoramos si por pena a que la gente se entere de algún desaguisado suyo y sólo lea las notas “a modo” de los periódicos afines con boletines de su Unidad del Vocero, o bien a través de reporteros de la fuente también afines, con lo que, diga lo que diga o como lo haga, con toda seguridad leerá Usted una nota con fuerte aroma a incondicionalismo puro.

Como ocurre en prácticamente todos sus eventos “públicos” (¿?), el de este jueves, que por fortuna, como columnistas, no tenemos por qué cubrir por su evidente frivolidad, demagogia en sus formulismos y la sensación de que mil ojos nos vigilan por doquier, suponemos que para evitar introducir alguna ametralladora para “atentar” contra el ejecutivo, se caracterizó por la falta absoluta de ciudadanía.

Tal y como ha ocurrido en los anteriores informes de gobierno, incluso en su propia toma de protesta ante los Poderes, sólo es posible observar policías de todas las corporaciones, elementos de la pomposamente denominada “Ayudantía”, funcionarios de los diversos niveles, sobre todo de primera fila entre los Poderes; líderes de colonias -mejor conocidas como “porristas” políticas-, invitados “especiales”, que no son otra cosa que gente a la que el Jefe del Ejecutivo interesa que lo escuche, y amistades personales de éste mismo.

La única diferencia entre esos eventos “públicos” y los informes es que a éstos también asisten acreditados artistas y políticos nacionales de “alcurnia” que se trasladan en aviones particulares, así como otras personalidades de nivel que el Gobierno del Estado recibe, instala en los mejores hoteles, traslada al evento y pasea durante algunos días por los principales sitios turísticos de esta capital. Desde luego, todo con recursos públicos.

Y el gran ausente, tanto en las reuniones oficiales y los informes, tal y como ocurrirá seguramente durante el próximo, en septiembre, sigue siendo el mismo de siempre: “Juan Pueblo”, al que nunca se invita y se margina, inclusive a esquinas del lugar de reunión, al igual que sus vehículos, ya que, como posiblemente sepa Ud., con tal de dejar bien a su jefe con el “jefe mayor”, los uniformados se encargan de desviar todo el tráfico hasta por dos cuadras a la redonda.

En efecto, el pueblo es el que menos interesan a Borge Angulo, colaboradores y organizadores de cualquier evento, aunque, de verse en la obligación de hacerlo copartícipe, como en el caso del Informe, lo envía a los lugares “de segunda”, generalmente al centro social Bellavista, ya que, el “de primera”, es decir el Centro de Convenciones”, es para los invitados “especiales”, los que SI le interesan al mandatario. Los demás, inclusive, pueden acudir al Congreso del Estado… si les permiten o pueden ingresar.

Mejor prueba del rechazo al acercamiento ciudadano se ha dado en las últimas semanas con las esposas e hijos de los cerca de 150 agentes policiacos estatales de Chetumal, despedidos por reprobar los exámenes de confianza, por lo que se han visto en la necesidad de organizar marchas y plantones, el primero de ellos el 14 de agosto por toda la avenida Héroes, pero Borge

Angulo no dio la cara: Instruyó al Subsecretario de Gobierno, Orlando Bellos Velázquez, y la Subsecretaria de Administración y Finanzas de Seguridad Publica, Maritza López Morales.

Aunque la tercera manifestación se realizó este jueves, cuando invitaron a una mega marcha para el 9 de septiembre, la que sin duda llamó más la atención el segundo pronunciamiento, del lunes 19 de agosto, cuando, con ocasión de la ceremonia simbólica del inicio de cursos, los elementos de la “Ayudantía” se convirtieron en los “protagonistas” principales, al repeler, amenazar e impedir que hijos de los ex agentes se acercaran al mandatario.

Conforme a la crónica de Angel Solís, Borge Angulo acudió por la mañana a la Secundaria Técnica 2 de esta capital, donde una treintena de agentes cesados, sus esposas e hijos marcharon pacíficamente desde el salón de fiestas “·Los 4 elementos” y, carteles en mano, intentaron acceder al plantel, pero los ayudantes (“guaruras”) del mandatario les cerraron las rejas, por lo que se plantaron a la entrada a la espera de la salida del gobernador.

Personal de Ayudantía cerró con candado el acceso al inmueble, mientras los manifestantes gritaban consignas contra el secretario de Seguridad Pública, Carlos Bibiano Villa Castillo, a quien acusaron de despedir policías de carrera y con mayor antigüedad para colocar a “su gente” Coahuila, la mayoría ex militares, en tanto pedían ser escuchados y la intervención de Borge Angulo, quien estaba a unos 100 metros de ellos.

Ante la negativa de los “celosos” guardianes, entre ellos agentes con armas de grueso calibre, las mujeres metieron a su hijos sobre la barda, pero siete elementos de la “Ayudantía” les prohibieron acercarse y amenazaron con golpearlos y encarcelarlos si avanzaban donde se encontraba el gobernador u obstaculizaban la salida de vehículos, por lo que, temerosos, salieron llorosos, mientras el mandatario salía en otro vehículo por otra puerta lateral.

Y nos preguntamos ¿No hubiera sido más fácil y lógico atenderlos si ya estaban ahí? ¿Por qué está tan obstinado Borge Angulo en ocultarse de los quintanarroenses en un “blindaje” que indigna a todo mundo? ¿Ese es quien como candidato ofrecía las perlas de la Virgen por el voto? ¿Hasta cuándo se le abrirán los ojos? ¿Será después de su Informe cuando, según se insiste,

presentará su renuncia (licencia) en beneficio de su Secretario de Gobierno, el yucateco Gabriel Mendicuti Loría? ¡Cuestión de esperar!

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