lunes, 4 de agosto de 2014

Héctor Manuel Casique Fernández es un caso político


Ciudad de México.- Policías, jueces, funcionarios públicos y hasta el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Quintana Roo han orquestado una “cacería brutal e inhumana” en contra de un joven con el fin de obtener beneficios políticos, asegura Yaskade Fernández Ramírez.

En entrevista para Ferriz.com.mx, la madre de Héctor Manuel Casique Fernández, quien se encuentra preso por homicidio, asegura que el caso de su hijo es político, que las autoridades de ese estado sólo buscaban un chivo expiatorio para zafarse del asesinato de seis personas en un conocido bar llamado ‘La Sirenita’.

Fernández Ramírez precisó que su hijo permanece encarcelado a pesar de que un juez del Juzgado Segundo le otorgó un amparo que lo liberaba. Sin embargo, antes de abandonar la cárcel lo esperaban elementos de la Policía Judicial estatal para detenerlo de nuevo porque supuestamente existían otros señalamientos que lo inculpaban.

“Entraron al reclusorio por él sin ninguna orden de aprehensión y no respetando un amparo federal que ya teníamos preparado sabiendo las mañas de estos sujetos, ya que a la Procuraduría estatal no le conviene la libertad de mi hijo pues hicieron tanto escándalo con este caso que a la mayoría de ellos los subieron de puesto” recuerda la madre de Casique.

La “terrible e inhumana cacería” habría sido orquestada por el capitán Arturo Olivares Mendiola, titular de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito y por Aarón Pérez Holguín, agente de la Policía Judicial estatal. Las autoridades aseguran que Casique Fernández es un miembro del Cártel de Golfo apodado ‘El Diablo’.

Héctor Manuel Casique Fernández fue arbitrariamente detenido el 16 de marzo de 2013; enseguida fue puesto a disposición de miembros de la policía judicial, quienes lo incomunicaron y torturaron.

“Cuando la policía municipal lo entrega a los judiciales mi hijo está en perfectas condiciones, tengo la foto que lo acredita así como el certificado médico 2088 expedido por la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito….los judiciales lo recibieron a golpes, le pidieron dinero para soltarlo, lo incomunicaron y lo torturaron por más de 48 horas” cuenta Yaskade.

La tortura fue realizada por 30 judiciales; el joven instructor de artes marciales, quien se especializaba en la impartición de cursos de defensa personal a diversas corporaciones policiacas, fue pateado, tableado, embolsado.

“Le dieron choques eléctricos en todo el cuerpo; fue por tanto tiempo que tuvieron que cambiar en varias ocasiones las pilas del aparato; le echaron tanto chile habanero en los ojos que perdió la visibilidad en uno de ellos…fue embolsado hasta que sufrió un preinfarto y tuvieron que llamar a los paramédicos; el chile también se lo aplicaron en los oídos lo que, aunado a que le aplaudían en esa zona, perdió la audición del lado izquierdo” describe su madre.

El también estudiante de leyes fue quemado de los testículos, golpeado hasta que se le deformaron los dedos de los pies y la cabeza se le abrió por los cachazos propinados. Además fue violado por el judicial Constantino Solana Wady Alfredo. “El propio Arturo Olivares Mendiola saltaba en su estómago”.

A pesar de que existen pruebas de dichas agresiones, autoridades estatales determinaron que los judiciales que participaron no serán llevados a juicio. “Fueron solapados por diversos ministerios públicos, el procurador, el subprocurador y otras autoridades estatales…el subprocurador de Quintana Roo estuvo presente en el momento de las torturas” asegura la madre de Casique.

En julio de 2013 la madre de Casique solicitó la aplicación del Protocolo de Estambul, el primer conjunto de reglas para documentar la tortura y sus consecuencias; a principios de noviembre se le practicó, lo que convirtió a Héctor Manuel Casique Fernández en la primera persona en Quintana Roo que lo recibe.

“El 15 de noviembre un juez federal resuelve a favor de mi hijo, afirma que la justicia ampara a Héctor Manuel contra el auto de formal prisión y también ordena se denuncie la tortura”.

Harta de las autoridades, Yazkade acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos pero también se topó con pared.

“El presidente de la Comisión se negó a entregarme copias del Protocolo de Estambul así como a emitir una recomendación por tortura, y a pesar de que supo que la Procuraduría estatal decidió no ejercer acción penal contra los torturadores de mi hijo no actuaron de ninguna manera; ante esas irregularidades, decidí viajar a la ciudad de México para quejarme ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos” relata.

Toda esa tortura tuvo la finalidad de que el joven se declarara culpable del homicidio de seis personas acaecido en el bar ‘La Sirenita’ días atrás, dice Yaskade.

“Ese caso lo tenían que resolver rápidamente pues había intereses políticos de por medio; lo torturaron para que dijera que pertenecía a un grupo delictivo e involucrara a otros políticos” precisa la madre de Casique Fernández.

El proceso de Casique ha estado plagado de irregularidades; primero fue acusado de ser el autor material de los homicidios pero como la prueba de radisonato de rodio resultó negativa se le acusó de ser el autor intelectual. También fue exhibido como jefe Zeta y posteriormente como miembro del Cártel del Golfo.

Yaskade recordó que el procurador de justicia de Quintana Roo, Gaspar Armando García Torres, dijo que mientras él permanezca en el cargo Casique no saldrá de la cárcel.

La familia de Héctor se ha comunicado con la senadora Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y ya fue atendida en la Secretaría de Gobernación. También ha recibido apoyo de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.

Yaskade informó que están a punto de obtener la libertad de su hijo, lo que la llena de alegría pero también de miedo e incertidumbre porque tanto ella como su hija han sido amenazadas en varias ocasiones. “¿Qué va a pasar cuando mi hijo salga, lo van a volver a agarrar, nos van a rafagear? hablar con los medios de comunicación es nuestro seguro de vida”.