Umán, Yucatán.- “Los llantos me cimbraban los oídos y por ello lo comencé a golpear”, relató en una parte de su declaración José Javier Pacheco Varguez, de 22 años, quien el miércoles pasado asesinó a golpes a su hijo de año y medio en la colonia Santa Cruz.
“Lo golpeé no sé cuántas veces hasta que dejó de llorar”, agregó al declarar. Explicó que estaba tomado y no sabía lo que hacía. El niño dormía en la hamaca donde finalmente murió.
El sujeto relató que tenía al niño bajo su cuidado; en principio, tomaba con unos amigos, pero sus compañeros de parranda se retiraron pues no había más dinero ni licor.
Dijo que como a las seis de la tarde el bebé despertó y no dejaba de llorar porque al parecer no había comido desde la hora en que su madre lo alimentó, antes de irse a trabajar.
“Sus gritos me desesperaron, traté de tranquilizarlo pero me desesperé y comencé a golpearlo hasta que ya no escuché los llantos”, dijo.
Luego agregó que vio al bebé ensangrentado; se lavó las manos, se cambió la ropa y salió de la casa. “No pedí ayuda porque sabía que (el niño) estaba muerto”.
Además, explicó que estuvo con otros compañeros con quienes siguió ingiriendo bebidas embriagantes.
“Se me metió el diablo”
José Javier tenía a su cuidado a los dos hijos que procreo con su pareja, ya que por sus problemas de adicción y antecedentes no encontraba trabajo, por lo que su esposa trabajaba para mantener a la familia.
“No sé qué me pasó, creo que se me metió el diablo”, indicó Pacheco Várguez, quien tiene antecedentes de violencia contra su esposa.
En varias ocasiones la mujer intentó dejarlo, pero él siempre le prometía que cambiaría y ella le creía. Cuando la mujer estaba embarazada del hoy fallecido, el sujeto la golpeó y ella estuvo a punto de perder al bebé.
Por estos hechos se integró la carpeta de investigación A3-A3/000421/2017.
Según los informes, María Poot Cauich, también de 22 años y esposa de Pacheco Várguez, fue el miércoles a su primer día de trabajo en una conocida tienda de ropa en el centro de Umán.
Cuando regresó a las 10:00 de la noche a su casa fue a ver a su hijo que estaba en una hamaca. Lo halló envuelto en un cobertor y al destaparlo vio que tenía destrozada la cara y no se movía.
“No sé qué me pasó, creo que se me metió el diablo”
La necropsia determinó que la causa de muerte del niño fue “choque hipovolémico secundario a un trauma abdominal cerrado”.
También se determinó que tenía el rostro destrozado, golpes en la zona occipital (hueso posterior de la cabeza) y en el pecho, así como hemorragias internas.
Luego de su imputación, el presunto homicida fue trasladado al Cereso de Mérida en espera de su vinculación a proceso, cuya audiencia será el próximo 30 de este mes.