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miércoles, 3 de octubre de 2012

Penal a prueba de motines y evasiones, mejor legado para México afirma Felipe Calderón


Hermosillo, Sonora

El presidente Felipe Calderón inauguró en Sonora un penal a prueba de motines y evasiones, con inversión pública-privada, y aseguró que la Policía Federal será uno de los legados más importantes de su administración.

“Esta Policía Federal, con todos los matices y todas las excepciones que se han presentado, como en cualquier institución humana, es una prueba palpable de este proceso de depuración y fortalecimiento de las instituciones públicas encargadas de hacer cumplir la ley. Con este legado estamos poniendo nuestra parte para construir el México seguro que anhelan y merecen todas las familias”, expresó.

Al inaugurar el Centro de Respaldo Plataforma México y las instalaciones de la Policía Federal, el jefe del Ejecutivo afirmó que esa institución está a la altura del siglo XXI y representa la vanguardia en la prevención y combate a la delincuencia.

“Eso no significa que debamos bajar la guardia. Hoy prevalece el enorme reto de concretar la depuración y modernización de todas las policías del país. Nuestras comunidades ya no admiten más dilación en esta tarea; es obvio, es claro, es lógico que mientras no haya policías confiables no habrá seguridad.”

Acompañado del secretario de Seguridad Pública, Genero García Luna, y del embajador de Estados Unidos, Anthony Wayne, admitió que quedan asignaturas pendientes en la lucha contra el hampa; sin embargo, actualmente México cuenta con más y mejores capacidades para combatir con “fuerza y eficacia” de ese flagelo.

“México ha pasado de un círculo vicioso, en el que instituciones obsoletas, caducas y penetradas por la corrupción alentaban la proliferación del crimen, a un ciclo virtuoso, donde las instituciones de seguridad comienzan a ser confiables y se constituyen en la sólida barrera que siempre debieron ser”, mencionó.

INAUGURA PENAL

Antes, el Presidente inauguró en Hermosillo el Centro Federal de Readaptación Social Número 11 en el que gobierno e iniciativa privada invirtieron 4 mil 200 millones de pesos.
Mencionó que se trata del penal más grande del mundo (104 hectáreas), por lo que se propondrá que sea incorporado al récord Guinness.

“La lucha por la seguridad de los ciudadanos debe ser una tarea de Estado, que rebase los límites naturales de una administración y, desde luego, los de algún partido político; una política de largo aliento que asuma, como lo asumimos nosotros, los costos del cambio en el corto plazo con objetivo de que se llegue de manera estable y permanente a mejores las condiciones de seguridad “, expresó.

Acompañado por el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, el jefe del Ejecutivo comentó que este penal está diseñado para evitar motines y fugas.

Recordó que en 2006 había seis cárceles federales y actualmente hay 21 con condiciones de seguridad óptimas, lo que permitió que a dos meses de terminar su administración no haya una sola fuga.

“Sé que ha habido muchas (fugas) en el país que preocupan a la gente, que alarman a la población, pero no han sido fugas en penales federales, sino en penales locales. Ninguna de las más de mil fugas que ha habido han sido en cárceles federales, de manera tal que este sistema, a partir de la transformación que se le imprimió, ha demostrado sus resultados”.

El presidente propuso que se construyan más penales con inversión público-privada para así evitar hacinamientos.

“Es entendible en el caso de reos de baja peligrosidad o cuyo comportamiento permite extender preliberaciones, pero el problema del hacinamiento no se satisface o corrige adecuadamente si solo se reduce la población por la vía de las liberaciones.

“Lo que hay que hacer es aumentar los penales. Mi criterio es que si la ley determina si hay uno, mil, 10 mil o 100 mil reclusos, el Estado deber contar con espacios para que la ley pueda cumplirse: hay que adaptar los espacios al imperio de la ley y no reducir el imperio de la ley a los espacios”, indicó.

Claves
Características

El penal de Hermosillo tiene capacidad para 4 mil internos, fue construido en 13 meses con una inversión público-privada y posee mil 200 cámaras distribuidas en puntos estratégicos.

También cuenta con equipos biométricos, de rayos equis, escáner y aparatos para detectar droga. El penal se divide en cinco módulos, cada uno del tamaño del Zócalo de la Ciudad de México.

Cada módulo tiene nueve pabellones con dormitorios. Las celdas son controladas con botones a los que solo tiene acceso el jefe de custodios. Los vigilantes no tendrán contacto con los presos.

Silvia Arellano
Milenio

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