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martes, 18 de junio de 2013

No estaba muerto...llegó al novenario

Tras varios días de visitar cantinas, un hombre llegó al novenario de su supuesta muerte para descubrir que había sido confundido por un indigente fallecido.

Poza Rica, Veracruz 

En tremendo lío y además problemas económicos metió a toda la familia, un hombre de 43 años de edad a quien la semana pasada sepultaran sus familiares y días después apareció “vivito y coleando” en su casa en la colonia Arroyo del Maíz del municipio de Poza Rica al norte del estado.

Botella en mano y cantando “Cabecita dura” de la Arrolladora Banda Limón, el bolero Cosme Juárez Andrés llegó a su domicilio donde se encontró a toda la familia reunida aunque triste.

Cosme pensó que se trataba de una fiesta a la que no había sido invitado, sin embargo, resultó que estaban allí tras haberle dado sepultura y listos para comenzar los rezos del novenario.

Al ver a su pariente en estado de ebriedad, pero sano y salvo, las hermanas y sobrinos se dieron cuenta de que a quien sepultaron tras identificarlo en la morgue era un desconocido, tal vez un indigente “que se parecía mucho” a Cosme.

Y es que por casi dos semanas Cosme Juárez no se aparecía por su casa, ya que se había dedicado a ingerir bebidas embriagantes en cantinas de la ciudad, para ahogar el dolor que padecía por el fallecimiento de una de sus hijas de 15 años de edad que vivía con su madre en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas.

A Cosme lo confundieron con un indigente que murió de cirrosis hepática en el Hospital Regional de Poza Rica, horas después de que fue recogido por socorristas del Escuadrón Nacional de Rescate de una banqueta del mercado local.

Tres hermanos de Cosme y una sobrina acudieron al Servicio Médico Forense para identificar el cadáver, asegurando que el muerto sí era él. Y es que el parecido entre el bolero y la persona fallecida era tan grande que no les quedó duda que era Cosme.

Para sepultarlo, las hermanas de Juárez Andrés hicieron hasta lo imposible por comprarle un traje nuevo, ropa interior y zapatos nuevos, incluso tuvieron que empeñar prendas de oro y todo lo que pudieron para cubrir los gastos funerarios y ocuparon la tumba de sus padres, ya que merecía reposar con sus progenitores.

Ahora nadie sabe de quién es el cuerpo que velaron y lloraron, por lo que la familia y el bolero acudieron ante las autoridades ministeriales para aclarar el caso, pero sobre todo para pedir que exhumen el cuerpo del desconocido, ya que lo enterraron en el lote familiar del panteón donde yacen los restos de sus progenitores.

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