CHETUMAL, MX.- A una semana de la doble ejecución del contrabandista de licor y cigarros Ernesto Alonso de Miguel alias “El Español” y del agente ministerial Agustín Guevara Martínez, continúa la incertidumbre, pues la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) sólo ha revelado una línea de investigación, pero no ha dado a conocer avances concretos que permitan identificar y llevar a la detención de los autores materiales e intelectuales de este crimen que apunta a la delincuencia organizada.
Mientras tanto, el crimen representó una sacudida para la Policía Ministerial, puesto que además de que uno de sus miembros murió en el hecho, cinco agentes ministeriales son investigados por sus nexos con el contrabandista asesinado, al que al parecer servían de escolta en la ciudad.
Por otra parte, durante toda la semana el restaurante de cortes uruguayos El Emporio permaneció cerrado, aunque se supo que posiblemente el miércoles la PGJE levante el acordonamiento del lugar.
El sábado 21 de noviembre se cumplió una semana de la doble ejecución del contrabandista Ernesto Alonso de Miguel, mejor conocido como “El Español”, y del policía ministerial Agustín Guevara Martínez, por un solitario sicario que abrió fuego cuando cenaban en ese conocido y distinguido restaurante de la ciudad ubicado en la avenida Carmen Ochoa de Merino con avenida Reforma y calzada Veracruz, a unos pasos del Bulevar Bahía y del Congreso del Estado.
“El Español”, de 58 años de edad y oriundo de Boca del Río, Veracruz, fue cremado y la cenizas fueron conservadas por sus familiares.
Durante alrededor de 30 años fincó una inmensa fortuna en el contrabando de licor y cigarros usando como base la Zona Libre de Belice, y tejió una red de complicidades para proteger su tráfico de mercancías ilegales con las autoridades y elementos de las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno, tanto que policías ministeriales fungían como sus escoltas cuando se presentaba a algún sitio en Chetumal.
En los últimos 10 años, “El Español” había sobrevivido a dos atentados contra su vida, el primero en noviembre del 2005, cuando miembros de “Los Zetas” lo secuestraron y logró huir de sus captores, a los cuales denunció y fueron capturados tras una balacera en la colonia Campestre de Chetumal.
El segundo fue en agosto de 2011, cuando el entonces secretario de Seguridad Pública Carlos Bibiano Villa Castillo organizó un operativo con la intención de privarlo de su libertad, pero un error de sus escoltas provocó la muerte del suboficial de la PEP Jorge Amir Flota Matos que recibió un disparo mortal.
Jorge Amir Flota Matos y dos policías más, que responden a los nombres de Gustavo Gómez Canul y Alejandro Pelcastre, viajaban en una Van de la PEP y eran los encargados de vigilar a “El Español”, pero aquella noche del 29 de agosto, los dos últimos en mención alzaron las manos para evitar ser acribillados, pero los escoltas de Villa Castillo pensaron que estaban armados y dispararon sus armas largas calibre .223 y asesinaron al suboficial Flota Matos.
Este domingo, a una semana de la ejecución, la PGJE todavía no da a conocer avances concretos en la investigación del primer crimen de alto impacto que tiene como escenario un sitio público de reunión de la zona turística y de esparcimiento de Chetumal, puesto que el pasado 20 de noviembre el procurador Carlos Arturo Alvarez Escalera reveló apenas una de las dos líneas de investigación que tiene y mantuvo en secreto la segunda.
Hasta la fecha, solamente se tienen más detalles sobre la manera en que ocurrieron los hechos; datos allegados por este medio informativo establecen que a “El Español” no le gustaba que sus escoltas estuvieran ebrios para protegerlo, y por eso la noche del sábado 14 de noviembre, Guillermo Gerónimo Ramos alias “El Chombo”, policía ministerial que recibía un pago por protección a este personaje del contrabando de licor y cigarros, fue expulsado del restaurante por estar ebrio.
Pero minutos después de su salida, ingresó al restaurante El Emporio el sicario profesional y se dirigió a la mesa de “El Español”, que compartía con el policía ministerial Agustín Guevara Martínez, con Hugo García Reyes, entonces comandante del grupo de Homicidios, el reportero José Adrián González Calderón, además de la esposa del contrabandista y su menor hija.
A sangre fría y a una distancia de aproximadamente 30 centímetros, el sicario accionó su pistola escuadra calibre 9 milímetros sobre la humanidad de Ernesto Alonso de Miguel, y cuando Guevara Martínez trató de defender al contrabandista, el asesino a sueldo también logró privarlo de la vida con un disparo en la cabeza.
El asesino salió huyendo del sitio sin dejar de disparar, corrió sobre la acera peatonal de la avenida Carmen Ochoa de Merino hacia la avenida Reforma, de acuerdo con la mecánica de los hechos, pues en la pared de madera y dos columnas del inmueble se observan las huellas de los disparos, además de dañar la lámina de la puerta derecha del automóvil Chevrolet Chevy blanco, con placas de Quintana Roo USU-051-C, propiedad de M.C.A, encargado del restaurante El Emporio. Según la PGJE, el asesino pudo recibir el apoyo de un segundo sujeto.
La única línea de investigación que la Procuraduría General de Justicia ha accedido a informar al público es la que relaciona el doble homicidio con una disputa por el control de las actividades del contrabando en la frontera México-Belice.
También dio a conocer que cinco policías ministeriales están siendo investigados por sus nexos con “El Español”, entre ellos uno de los más antiguos, Guillermo Gerónimo Ramos alias “El Chombo”, y Hugo García Reyes, quien fue removido de la comandancia del Grupo de Homicidios.
A los cinco policías ministeriales se les inició una investigación penal y otra de carácter administrativa por parte de la Visitaduría, y de comprobarse que brindaban protección al extinto contrabandista podrían ser dados de baja de manera inmediata, además que serán procesados penalmente de acuerdo con la ley.
Hasta este domingo, el restaurante El Emporio continuaba custodiado por un policía municipal, y en la mesa donde “El Español” convivía con su esposa, hija, un reportero, así como los policías ministeriales Agustín Guevara Martínez (+) y Hugo García Reyes, aún están servidos los cortes finos que fueron servidos la noche del 14 de noviembre, pero que ya despiden un fétido olor y están llenos de gusanos.
En las dos columnas del corredor, a la izquierda del acceso principal, se observa un rozón debajo de una bandera de México, así como en la segunda columna otro disparo en medio, y otro en la pared de madera a la derecha de la puerta principal.
Se averiguó que posiblemente este miércoles el Ministerio Público retire la custodia del establecimiento y sea entregado al propietario de esa patente, para que realicen la limpieza en la escena del crimen y abran de nueva cuenta al público. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)
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