Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
No cabe duda de que no hay refrán perdido y, en este sentido, el de la “…gallina que come huevo...aunque le queman el pico” se aplica a la perfección en la Policía Judicial del Estado que, pese a promesas y anuncios espectaculares a principios de cada sexenio, los sucesivos titulares de la Procuraduría de Justicia del Estado, no han logrado erradicar la serie de vicios para “combatir” los ilícitos.
Este es el caso del aún titular de esta dependencia, Gaspar Armando García Torres, quien, proveniente de una noble institución como la Comisión Estatal de Derechos Humanos, “pintaba” bien para frenar de tajo la serie de irregularidades que siempre criticó de las diferentes corporaciones policías desde aquella trinchera.
Lógico, no es lo mismo ver al toro desde la barrera que estar frente a él, y éste fue el caso del funcionario que, con una lista de detenciones que hicieron quedar muy mal parados a sus antecesores, sin embargo, la irregular detención de un deportista nos hace sospechar sobre los “métodos” empleados por sus policías que, por lo que se ve, probablemente hagan un mejor trabajo como “escoltas” de su mansión.
Criticada en todos los ámbitos, la tortura sigue siendo el principal “sistema” de trabajo de la Policía Judicial, aunque, ante su manifiesta falta de capacidad, también continúa su práctica de detener para “investigar” en lugar de lo contrario, con la ventaja de que, ya en sus manos, con las más variadas argucias, suelen arrancarles cualquier confesión. En última instancia se ven en la necesidad de dejar en libertad a sus “sospechosos”, ahora, según observamos, sin la tan conocida frase del “Usted disculpe”.
Este fue precisamente el caso del jugador de Tercera División Profesional de Fútbol, Carlos Alfredo Cimé, de 16 años de edad, a quien el sábado último detuvieron con engaños en Plaza Las Américas, lo subieron por la fuerza a una camioneta y trasladaron a un predio abandonado, donde lo golpearon y torturaron con bolsas en la cabeza para evitar que respirara y obligarlo a decir dónde estaba su amigo Angel Estrella, acusado de matar a un taxista, por lo que fue cacheteado y golpeado en abdomen y cabeza, sin darle alimento durante dos días.
Después de las 48 horas, los policiales, bajo el mando de Fredy Castro Piña, le dijeron a sus familiares que lo habían “confundido” y lo dejaron en libertad sin siquiera ofrecer una disculpa. Según denuncia pública, “fueron los dos días más desesperantes que he vivido en mi vida”, asegura el joven, cuyo único delito fue tener ser amigo de quien la Policía Judicial considera estar involucrado en un asesinato.
Temeroso de represalias de los “angelitos” de Gaspar Armando porque lo obligaron a golpes a mostrarles su casa y sus papás, así como a proporcionarles información sobre su familia, coche, domicilio, y amigos, sin embargo, relató que el 4 de mayo recibió mensajes telefónicos de su amigo, quien lo invitó a salir por la noche, pero se trataba de una trampa de cinco policías para detenerlo arbitrariamente sin que nadie lo ayudara a pesar de sus gritos.
Agregó que solo sentía que la camioneta circulaba, mientras un sujeto con aliento alcohólico le tocó los glúteos por unos 15 minutos y luego llegaron a la Procuraduría, donde los agentes hablaron con otros que les dijeron que en las oficinas no podían hacer su “trabajo”. Lo cachetearon una y otra vez y preguntaron sobre su amigo y familia
Según explicó, después de golpearlo en abdomen y cabeza a puño cerrado, le dijeron que le sacarían la información a como diera lugar, y le colocaron bolsas en la cabeza para que no respirara, por lo que los llevó a cada uno de los lugares que su amigo concurría, incluso a su domicilio y el de sus familiares.
El domingo, sin haber comido nada, lo continuaban golpeando vendado. Lo llevaron a la colonia Pacto Obrero donde había ido por una amiga días antes y le dijeron que si no decía dónde estaba Estrella los judiciales Samuel Caamal Dzib y Luis Alberto Cámara Briceño, los más crueles, le cortarían un dedo y se lo llevarían a su mamá -la que no parecen tener esos agentes- como regalo de 10 de mayo.
Puntualizó que hasta el lunes a las 7 de la mañana escuchó voces de sus padres en la guardia de la Judicial, por lo que gritó incansable hasta terminar en llanto y fue como sus padres lograron dar con él, por lo que en unas horas más lo dejaron en libertad, pues se les había “caído el teatrito” a los judiciales.
Conforme información que circuló profusamente este jueves por las redes sociales, este tipo de “investigaciones” comenzaron con la llegada de Castro Piña como director de la Judicial en las zonas sur y centro, pues con anterioridad se desempeñaba en la norte, donde empleaba esas “técnicas” para “esclarecer” delitos”, y que el deportista no es la primera víctima de estos abusos que han derivado en recomendaciones de Derechos Humanos que nunca han procedido.
Ahora bien, la pregunta obligada y lógica es ¿qué historia le habrán contado los agentes a García Torres? ¿Conocerá el Procurador sobre estos métodos de “trabajo” de sus “angelitos”? ¿De este mismo modo habrán “esclarecido” éstos los sonados, últimos delitos? ¿Cuántas recomendaciones más de Derechos Humanos habrá dejado de cumplir? ¿Seguirán pensando sus “amigos” en seguirlo recomendando para la Secretaría de Seguridad Pública una vez que no lo hicieron candidato a diputado?
Ignoramos si este sea el fin de la historia, pero no cabe duda que se trata de tamaña tarea para su dirección de Comunicación Social para “justificar” lo ocurrido, así como tamaña “inversión” requerirá distribuir en “apoyos” para callar a los medios de comunicación… bueno esto es si trasciende a ellos.