Desde el día que salió del Cereso de Chetumal, el 27 de enero, Kalimba no ha hecho declaraciones públicas. Menos se ha dejado ver, pese a que han circulado fotos suyas en compañía de familiares y amigos.
Pero si alguien llegó a pensar que este asunto estaba cerrado, se equivocó.
La apelación de la presunta víctima, la "carrera artística" de la otra chica implicada, el "renombre" de uno de los abogados del cantante y el futuro del negocio donde todo comenzó y del empresario que llevó a Kalimba a Chetumal todavía dan mucho para contar.
Mucho se ha dicho de las dos menores, Daiana y Thaily. Y mientras más se conoce es más difícil decir quién dice la verdad o quién miente menos.
Del trío de abogados que directamente atendió el caso destaca Alberto Woolrich, defensor de narcotraficantes, asesinos y empresarios de mala fama.
Entre estos personajes polémicos no puede olvidarse al procurador Francisco Alor Quesada, un abogado de profesión que al unirse al gobierno de Joaquín Hendricks, en 1998, dio un enorme giro: hoy aparecen a nombre suyo y de sus familiares un buen número de propiedades valuadas en millones de pesos
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