La extradición a Estados Unidos del recapturado Joaquín Guzmán Loera, ““El Chapo””, devolverá parte de la confianza de los mexicanos a un gobierno desgastado en su imagen por la manera como ha respondido a la delincuencia que cala en varios estados de la república y a su actuar en Eel caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, además de que enviará un mensaje a los inversionistas de que el Estado intenta abatir la violencia y la corrupción.
El futuro del narcotraficante es crucial para levantar los ánimos de un gobierno que quedó en ridículo tras la segunda fuga del capo, en julio del 2015, de un reclusorio de máxima seguridad federal. Y la extradición, como la solicitó el gobierno de Estados Unidos en junio pasado, puede ayudar, de acuerdo con analistas consultados por El Economista.
El envío de “El Chapo” a territorio estadounidense se traducirá en la confianza de los inversionistas por invertir en México, un Estado que anhela con dejar atrás la imagen de país inseguro para los capitales, que avanza con las reformas estructurales, y que ostenta la posición 34° entre las naciones más corrupta que integran la OCDE, según Transparencia Internacional.
Mientras esto ocurre, coincidieron los analistas, deberá evaluarse qué tanto el gobierno mexicano deja su custodia en las manos de quienes lo dejaron ir en julio de 2015 y si se utilizará a la unidad de inteligencia de la Secretaría de Hacienda para comenzar el desmantelamiento de las redes financieras del Cártel de Sinaloa.
“Esta recaptura es un hecho indudablemente irrefutable, pero por sí solo no va a venir a recuperar la confianza del mexicano. La desconfianza que se generó con su (último) escape fue muy agresiva, fue muy crítica para el gobierno. Veremos pronto que las instituciones van aprovechar estas circunstancias para tratar de limpiar su imagen y hablar de unidad. Pero la recaptura no debe quedarse ahí; se deben tomar otras acciones, entre ellas la extradición”, consideró José Reveles, periodista que ha investigado la carrera delincuencial de Joaquín Guzmán Loera.
“Será, definitivamente, un mal mensaje el que no se le extradite ante la evidente cuestión de que si ya se les escapó dos veces del área más segura de las cárceles más seguras, ahora decidan resguardarlo dónde y en manos de quién. Algunos dirán que perdemos soberanía por extraditarlo. Pero es un hecho que nuestro sistema carcelario no cuenta con las bases para retenerlo dentro”, dijo Juan Carlos Rivera, profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe.
Iliana Rodríguez, directora del Departamento de Estudios Jurídicos y Sociales del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, recordó que no será pronto cuando “El Chapo” pueda ser extraditado, pues pudiera fincársele un nuevo proceso, esta vez por los delitos en los que haya incurrido con su nueva fuga del Altiplano.
“La extradición sería el mejor recurso. Pero hay que recordar que en el momento de la fuga enfrentaba un proceso, que se agrava con la recaptura; se configura una nueva sanción y esto va a tomar tiempo como para hablar pronto de una extradición”, dijo la experta del Tec de Monterrey.
En Estados Unidos se avecina la campaña presidencial, por lo que el electorado tendrá la atención en otros temas más que en la reaprehensión de “El Chapo”. “Éste será un tiempo que el gobierno mexicano puede ganar” para formular un buen proceso judicial contra el delincuente, más allá de que se decida o no su envío al vecino país del norte, dijo Rodríguez.
Indicadores económicos
En momentos en que la economía mexicana sufre sacudidas por las bajas continuas de los precios del petróleo y la depreciación del peso, la extradición será “un paliativo” para la imagen del país en general, dijo Juan Carlos Rivera, del Tec Santa Fe.
“Esperaríamos que el gobierno acceda a las solicitudes de Estados Unidos. Este sólo hecho no va dar un impacto inmediato; no va a devolver el valor al peso, pero sí genera mayor confianza en la inversión, porque las multinacionales precisan situaciones de certidumbre y México lo que necesita es empleo y limpiarse esa imagen de que es un país de poca transparencia y que es corrupto”.
Para José Reveles, queda la tarea de investigar el destino de la fortuna de Joaquín Guzmán Loera, cifrada en alrededor de 1,000 millones de dólares, según la revista Forbes. “La tarea no ha acabado aquí ni con su extradición”, enfatizó uno de los periodistas que más han investigado sobre “El Chapo”.
“Tienen que hacer bien su tarea, hacer ahora lo que antes no hicieron; desde cambiarlo de celda a diario, a investigar su fortuna. ¿Dónde está? Si con su familia, en empresas, en bancos; si la tienen invertida y en dónde. Para eso tienen una unidad de inteligencia. Esto no es una misión cumplida todavía, es una responsabilidad de tantas cumplidas; no tiene porqué presumir lo que es su obligación hacer. Esperamos más y que se toque a aquellos (narcotraficantes) que no se han tocado”.
Fuente: eleconomista.com.mx
Fuente: eleconomista.com.mx
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