A menos tiempo de haber transcurrido una semana de los hechos ocurridos donde oportunamente intervinieron elementos del ejército mexicano para impedir la flagrante violación a la soberanía de la nación, además de la introducción de armas calibre 9 mm. de uso exclusivo del ejército y la muerte inmisericorde de dos mexicanos, ya que las circunstancias demuestran las claras intenciones de los extranjeros que incursionaron en nuestro país, fue dictado el auto de formal prisión.
La pena a la que se hicieron acreedores los beliceños comandados por el norteamericano George Hardie Jr., vicepresidente del casino Las Vegas, es de treinta años por lo que la media aritmética es mayor a lo establecido en la Ley y quedan sin poder ejercer el derecho a fianza, aún si recurrieran a promover un juicio de Amparo, por lo que la pena corporal continuará privándolos de la libertad.
Por otra parte el mexicano víctima de la cacería humana ejercida por los delincuentes, ha sido dado de alta en el hospital de Cancún a donde fue trasladado por recomendación de los médicos que lo han estado atendiendo, ya que la preocupación fue que hubiese habido una fractura maxilo-facial, habrá por tanto, esperar las secuelas que hayan ocurrido en las terminales nerviosas del rostro de la víctima.
En otro orden de ideas, las repercusiones de los hechos narrados han llevado a la remosión de Rafael Chávez, cónsul honorario de Belice en Quintana Roo por el actual gobierno del primer ministro Dean Barrow.
Tentativamente se menciona a Jorge Valencia quien se hará cargo de la responsabilidades que tenía Rafael Chávez, todo eso está en función de la prontitud con la que se entreguen los documentos correspondientes para que estos sean aprobados por el gobierno mexicano, en lo que se considera que podría llevarse varias semanas en el peor de los casos.
Publicado: 18/07/2008 - 08:49 AM
Autor: Janelle Chanona (freelance)
Resumen tomado del noticiero beliceño en Internet Amandala News.
Después el incidente, los beliceños Martin Miller, David Gómez, Curlin Thompson, y su jefe de origen norteamericano George Hardie Jr, del casino Las Vegas ubicados en la frontera de México/Belice, han sido acusados de entrar a México en una forma clandestina con armas de fuego y municiones, y el intento de asesinato cometidos en el país extranjero.
Los hombres fueron inicialmente detenidos por los militares, pero actualmente están detenidos en el Centro de Readaptación Social (CERESO) en Quintana Roo.
Los cuatro hombres y su abogado, Licenciado Luis Jorge Fitzmaurice Moguel, se encontraban el viernes por la mañana temprano en espera de la decisión del juez de la causa para obtener la libertad bajo fianza o continuar detenidos en prisión.
De acuerdo a los procedimientos judiciales, Fitzmaurice tendrá tres días para presentar las pruebas de desahogo, sino tiene éxito sus clientes permanecerán detenidos por tiempo indefinido.
El caso ha creado gran controversia en ambo lados de la frontera, y la versión de Belice que ha llevado a las detenciones difiere marcadamente de la versión de los mexicanos.
George Hardie Sr. no se encontraba en el país en el momento del incidente, pero en la tarde declaro a este medio, Amandala, que aún no había hablado con su hijo pero que de acuerdo a la información dio la versión de lo ocurrido.
Según Hardie Sr., el domingo por la mañana dos clientes en el casino se comportaban groseramente, le habían quitado a un camarero las bebidas. Esto motivó que fueran escoltados hasta su vehículo y los guardias de seguridad fueron ofendidos.
Continuó relatando que los clientes regresarían, al cabo de media hora regresaron en compañía de un tercero y dispararon contra un guardia de seguridad que estaba afuera de las instalaciones tratando de resolver una riña.
Los individuos se dirigieron a la entrada del casino y dispararon indiscriminadamente contra el edificio, fue entonces que sus guardias reaccionaron en legítima defensa y por primera vez en dos años de estar activo el casino sacaron sus pistolas calibre 9 mm. y repelieron el fuego.
El empresario al ser cuestionado sobre de la intención que tenían los guardias de seguridad, respondió que simplemente estaban tratando de sofocar la violencia y querían dispararle a los neumáticos del vehículo.
Mientras todo esto ocurría en el exterior del casino, George Hardie Jr. se dirigió a su domicilio ubicado a un lado del casino y al escuchar el reporte de sus guardias de seguridad, determinó que los agresores estaban “locos” y en su esfuerzo por advertir a la Aduana y funcionarios de Migración de ambos lados de la frontera, abordó su vehículo cruzó la frontera hacia México.
Hardie Sr. continuó diciendo que una vez que estaban en el otro lado su hijo se acercó a los funcionarios de la aduana con su arma sostenida con dos dedos y la colocó boca abajo sobre el mostrador. A los pocos minutos Hardie Jr. y los tres beliceños fueron detenidos.
Cuando se les cuestionó sobre la persecución del vehículo, respondió que “ellos no los perseguían en México ¡ellos no son tontos! Simplemente tenían la esperanza de alertar a los mexicanos para detener a los tiradores”
El padre del detenido dijo que su hijo no está familiarizado con las leyes de México, pero después de haber servido a las Fuerzas Amadas de Estados Unidos ha querido “hacer lo correcto” y que está sorprendido del resultado de esa decisión.
A pesar de todas las evidencias continuó sosteniendo que es casino es la víctima en todo esto y que la injusta prensa de los medios de comunicación le está perjudicando.
El empresario añadió que su hijo optó por no comunicarse vía telefónica con los funcionarios mexicanos porque su experiencia en el pasado es que el teléfono está descolgado.
Para reforzar su historia, Hardie Sr. dice que tienen una serie de declaraciones juradas de clientes y empleados que presenciaron el incidente, así como secuencias de vídeo de vigilancia que captó una parte de los disparos.
Sin embargo, según informes de la prensa mexicana tío y sobrino de 35 y 18 años de edad, Luis Navarro se presentan como víctimas en el incidente. En dos entrevistas de prensa los mexicanos alegan que fueron despedidos por los guardias de Belice argumentando que todo se debió por unas cervezas.
En el tiroteo, cuatro balas impactaron a Edwin Navarro, en la cabeza, brazo, pecho y piernas. El paciente fue tratado por las lesiones y puesto en libertad, pero no está claro si él o su sobrino han sido acusados por su participación.