lunes, 11 de abril de 2011

El dominio mexicano del narco
10 abril, 2011

Durante tres días la cúpula de los servicios de inteligencia y agencias internacionales anti narcóticos se reunieron en Cancún. Quedó de manifiesto no solo el predominio de las organizaciones criminales mexicanas, sino que su expansión ya tocó África y el sudeste asiático. En el mapa global Quintana Roo aparece por sus costas del mar Caribe, que son vistas como menos conflictivas pero con sus peculiaridades desde países como Colombia.

Por Juan Veledíaz/

—¿Por qué no se han decomisado submarinos con droga en los mares de Quintana Roo? —El almirante Álvaro Echandía Durán, comandante de la armada nacional de Colombia, medita un poco su respuesta, mira al reportero que hizo la pregunta y comienza a explicar que por el mar Caribe se dificulta incautar este tipo de sumergibles porque de donde zarpan en las costas colombianas son demasiado visibles, las rutas están vigiladas por lanchas, buques, y vía satélite hay un escaneo constante de los navíos que surcan las aguas que pueden llegar a recalar en las costas que van de Chetumal a Cancún.

El mayor tráfico se registra por la costa del océano Pacífico, porque la costa colombiana en ésta zona se caracteriza por tener mucho mangle. Esto facilita ocultar los semisumergibles mientras los construyen, los cargan con cocaína en un sitio diferente a donde los fabrican, e inician una ruta hacia el norte rumbo a las costas mexicanas.

Echandía es un militar que conoce bien a sus pares mexicanos. Dice que su relación con los mandos navales es muy buena, lo cual ha facilitado el intercambio de información para lograr asestar golpes a las organizaciones del narcotráfico de ambos países. El almirante fue uno de los cientos de delegados de 103 países que la semana pasada asistieron a la Conferencia Internacional para el Control de Drogas, realizada en el hotel Marriot de Cancún. Junto a su colega Oscar Naranjo Trujillo, director de la Policía Nacional de Colombia, formaron la comitiva que participó en representación de ese país en el evento.

El uso de submarinos para transportar droga ha tenido una evolución demasiado rápida en los últimos años, dice el jefe de la armada colombiana. Cuenta que las mafias del narcotráfico comenzaron por tapar la cubierta de las lanchas para que no entraran olas a las embarcaciones, después las cubrieron a totalidad e hicieron una especie de caseta donde viajaba el piloto. El tercer paso de su evolución fue cuando se convirtieron en semisumergibles, los cuales se distinguían porque toda la nave estaba bajo el agua y la franja en la superficie se reducía. El último hallazgo fue un sumergible con capacidad para hundirse a totalidad sin propulsión. Pese a este paso, son embarcaciones “extremadamente inseguras” lo cual es probable que en una emergencia puedan zozobrar.

Los últimos aseguramientos revelan que cada sumergible tiene capacidad para transportar de ocho a 10 toneladas de cocaína. Su alcance sin necesidad de ser reabastecidas en ninguna parte, alcanza para tocar tierra en México y Centroamérica, pueden viajar cuatro tripulantes como marinos y uno más que la mayoría de las veces es el representante del dueño de la droga. “En el año 2009 incautamos 20 semisumergibles, en 2010 solamente tres, digamos que se movieron hacia el sur, y este año en este 2001 ya llevamos cuatro, ya hemos vuelto a empezar a detectar semisumergibles, estos normalmente los construyen en la región sur, dentro de la jungla, dentro de la selva. Y tienen mas o menos, los últimos tienen un costo de 2.2 millones de dólares. Tardan entre 8 meses a un año en construirlos”.

La frontera de México en su área de Quintana Roo con Belice, es parte de la geografía que controlan grupos de traficantes de armas, personas y drogas que son parte de la nomenclatura paramilitar de los “Zetas”, comentó un funcionario de la DEA que participó en el evento y que solicitó no ser citado con su nombre. Con 34 años de servicio en la agencia, el estadounidense comentó que la información que se tiene sobre la franja fronteriza sur de México coincide en que amplias regiones de Guatemala, en su zona limítrofe con Chiapas, Tabasco y Campeche así como la parte de Belice con Quintana Roo, está permeada por bandas armadas que responden a órdenes de la cúpula de los “Zetas”.

El dicho del funcionario corroboró lo que el miércoles declaró en conferencia de prensa funcionarios guatemaltecos quienes aceptaron la gravedad del problema. El mismo día la prensa nacional hizo eco de la comparencia en Washington del general Douglas Frazer, jefe del comando sur del ejército estadounidense, quien calificó al “triángulo norteño” compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras, como “la zona más letal” fuera de las zonas de guerra en el mundo.

El general Oscar Naranjo, jefe la Policía Nacional colombiana, explicó que la expansión de las organizaciones del narco mexicanas, no solo ha permeado Centroamérica sino que tan solo en la última década la relación entre los capos de ambos países se modificó. Antes los colombianos mantenían el dominio, eran quienes mandaban. “Hoy estamos hablando mas que de una jefatura, de unas alianzas, de una sociedad estratégica donde hay una división del trabajo. Tanto en Colombia como en México, los narcos se comportan de la misma manera. Hoy la característica del narcotráfico es estar movilizado, las organizaciones son encabezadas por delincuentes que tienen carácter y visión global del delito. Se mueven en Colombia en México pero pueden estar en Europa o África. Y esto es lo que significa para nosotros una reunión como ésta (en Cancún) promovida por la DEA, debe significar esfuerzos globales para neutralizar un delito que es típicamente transnacional”.

Naranjo accedió a charlar después de que terminó una larga plática con Carlos Pascual, embajador saliente de Estados Unidos en México, con quien estuvo durante más de media hora al término de la primera jornada de la Conferencia. Pascual abandonó a toda prisa el recinto mientras el general se detuvo unos momentos para responder varias preguntas.

Sus primeras declaraciones fueron para equiparar la ola de violencia que vive México con la que ocurrió en su país en los años 80. Consideró que el narcotráfico mexicano está “en fuga, vive una crisis” que se refleja en “más violencia”. En este sentido, empató con la percepción que dio Michelle Leonhart, la administradora interina de la DEA, la mañana de martes durante la inauguración del señaló que los narcos peleaban como “fieras enjauladas” al estar acorralados por las autoridades mexicanas y por ello, el incremento de la beligerancia.

“Cuando esas organizaciones se sienten perseguidas, acorraladas, se sienten rechazadas por la sociedad, tienden a ser violentas para no perder ese espacio de confort. Su realidad en México, fue muy parecida a la nuestra de los años 80 donde parecería inexistente el narcotráfico porque no se le confrontaba, cuando empezamos a confrontarlo al final de esa década descubrimos lo violento que era. Pero sacar al narcotráfico de zonas de confort, es un logro y una decisión admirable”, concluyó.

El evento lo clausuró el jueves el presidente Felipe Calderón, el mimo día en que William R. Brownfield, subsecretario de Estado adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales de la Procuraduría de Justicia y Narcotráfico estadounidense, aceptó con un mea culpa el error estratégico y táctico de combatir solo vía policial al narcotráfico y no con un “enfoque gubernamental pleno”.

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