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viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Miedo o venganza? Lo convierte en asesino


Hermosillo, Sonora
Redacción

Después de convertirse en asesino, “Xavier” miró sus manos ensangrentadas, corrió hacia la puerta de su casa y al pasar por la cochera tiró el cuchillo sin dar importancia dónde cayó.

Tembloroso, el joven de 21 años, entró corriendo a las habitaciones donde se encontraban sus amigos “Raúl”, “Blas” y “Esteban” para contarles lo que había sucedido, después se agazapó en una esquina muy asustado.

“Xavier” pidió ayuda a sus amigos, no sabía qué hacer, se había convertido en un delincuente, su víctima yacía sin vida frente a su casa, después llegaron vecinos furiosos que querían hacer justicia por sus propias manos.

“Sal de ahí criminal, sal y entrégate asesino”, gritaban algunos vecinos de “Xavier” antes de arrojar algunas piedras hacia las ventanas de la vivienda donde se encontraba atrincherado junto con sus amigos.

De pronto las ventanas empezaron a estallar por el impacto de las piedras, cayeron primero los vidrios de la fachada, después los proyectiles comenzaron a caer desde todas direcciones, recordó “Raúl” en su declaración ministerial.

Ninguno de los amigos de “Xavier” vio una posibilidad de ayudarlo, todos sabían que estaba perdido, tendría que rendir cuentas ante la justicia, pero antes tenían que hacer algo para calmar a los vecinos furiosos.

Los vidrios de todas las ventanas habían quedado hechos añicos, pero la agresión con piedras no cesaba, afuera los vecinos seguían gritando amenazas a “Xavier” y las gotas de lluvia esparcían en el pavimento la sangre de “Martín”.

El cadáver quedó tendido a media calle, con los brazos extendidos y la pierna izquierda semiflexionada debajo de la derecha, los testigos presenciales seguían inmóviles parados a unos tres metros.

Sitian la casa; lo entregan Al darse cuenta que no tendría el apoyo de sus amigos, “Xavier” se puso de pie, limpió en su camisa la sangre que le salpicó su rival y como un loco comenzó a buscar el cuchillo en las recámaras y entre los muebles de la sala.

Después recordó que antes de cruzar la puerta de su casa sintió que el cuchillo le quemaba las manos como una brasa y lo había tirado sobre el cofre del pick up rojo estacionado en la cochera.

De no ser porque los vecinos esperaban afuera para lincharlo, “Xavier” habría salido a recuperar el arma homicida para desaparecerla, el plan se complicó con la llegada de policías que sitiaron la casa.

Las luces de torretas de varias patrullas de la Policía Municipal que se colaban por las cortinas de las ventanas destrozadas imprimieron temor en los amigos de “Xavier”, ninguno quería involucrarse en el delito.  

El asesino pedía que lo ayudaran, quería ocultarse para evadir sus responsabilidades ante la justicia, pero ninguno de sus amigos lo ayudó, por el contrario fueron quienes lo sometieron y sacaron de la casa para entregarlo a la Policía.

Los oficiales apresaron de inmediato al supuesto asesino, hicieron algunas preguntas rápidas a quienes lo entregaron y decidieron que tenían que acompañarlos a la Jefatura porque se trataba de un delito grave.

Antes de la llegada del Ministerio Público Especializado en Homicidios, la escena del crimen fue acordonada por la Policía Municipal en un amplio perímetro donde quedaron resguardados todos los indicios.

En la inspección los investigadores observaron el cadáver de un joven que tenía un hoyo en su camiseta a la altura del abdomen, en la tela guinda de la camiseta a rayas se distinguía una mancha de sangre escurrida.

A unos tres metros del cadáver se localizó una motoneta, dos latas de cerveza abiertas colocadas en diferentes lugares y un par de cervezas dentro de una bolsa blanca con hielo acomodadas en la banqueta.

En la defensa trasera del pick up rojo los investigadores encontraron otra lata con cerveza y sobre el cofre del mismo vehículo aseguraron un cuchillo con hoja de 20 centímetros afilada y mango de plástico negro con residuos de sangre.

Al voltear el cadáver en busca de otras lesiones, médicos legistas descubrieron una cortada en el dorso de la mano derecha de “Martín” y en su espalda estaba tirada una camiseta negra agujerada y con sangre.

Ya en sus declaraciones “Xavier” explicó que “Martín” había enrollado esa camiseta en su mano y antebrazo izquierdo para capotearse los cuchillazos.

El asesino fue presentado esa misma noche ante el Ministerio Público para confesar su crimen, así lo hizo al verse perdido, además creyó tener motivos para justificar sus actos.

Venganza “Sí, yo asesiné a ‘Martín’ porque tenía muchos problemas con él”, manifestó el homicida al inicio de los interrogatorios en las instalaciones de la Agencia del Ministerio Público Especializado en Homicidios.

En sus revelaciones a los agentes de la Fiscalía Estatal “Xavier” recordó las veces que “Martín” lo avergonzó tundiéndolo a golpes en la calle, delante de sus amigos y a veces dejándolo tirado con severas heridas.

Por eso esa noche cuando “Martín” apareció en su casa con intenciones de golpearlo otra vez, el joven resistió apenas unos golpes y empujones antes de perder el control y dejarse llevar por un instinto asesino que lo cegó.

Recordando las dolorosas derrotas anteriores, “Xavier” vio que “Raúl” al asomarse para investigar el motivo de la discusión había dejado la puerta abierta, entonces corrió a la cocina en busca de un cuchillo.

Agarró el más grande que encontró en la cocina, dentro del fregadero, después regresó para encarar a “Martín”, quien no se sorprendió al verlo armado y le advirtió a su rival que eso no lo salvaría, de todas formas le daría una paliza.

Mientras “Xavier” caminaba hacia la calle, “Martín” enrolló una camiseta negra en su mano izquierda, pero las agresiones con cuchillo le llegaron por su lado derecho, ya que el agresor era zurdo de nacimiento.

De cualquier forma la camiseta lo escudó de dos o tres cuchillazos que el asesino intentó asestar en el pecho a la altura del corazón, pero no sirvió para detener un piquetazo en la parte derecha del abdomen.

El asesino recordó que “Martín” trató de protegerse con la mano derecha, el cuchillo le rebanó el dorso y después la hoja afilada se hundió toda en el estómago y con la misma velocidad que entró, fue sacada por el agresor.

“Xavier” dijo a la Procuraduría General de Justicia del Estado que estaba cansado de las burlas y las agresiones de “Martín”, por eso esa noche que se encontraba ebrio y drogado con mariguana decidió matarlo.

Decidió cometer el homicidio esa noche al ver llegar a su enemigo con actitud agresiva, prefirió convertirse en un criminal y perder su libertad a cambio de la venganza.

Aunque no sintió arrepentimiento, “Xavier” no pudo evitar el pánico de ver a su rival retroceder dos pasos antes de desplomarse en el pavimento mojado con la cara al cielo gris y lluvioso de esa noche trágica.

Los testigos en sus declaraciones confirmaron a la Fiscalía lo dicho por “Xavier” sobre la mecánica de los hechos en los que dio muerte a “Martín”, de 19 años, por agresiones que nunca reportó a las autoridades.

Al quedar inmóvil “Martín”, después de caer escurriendo sangre por el pecho, “Damián”, uno de los amigos que acompañaba al asesino antes de la riña, arrebató el celular a “Jorge”, el joven que acompañaba a la víctima.

En el teléfono quedó registrada a las 2:15 horas la llamada que “Damián” hizo al número de emergencias para solicitar una ambulancia y la presencia de policías porque en el lugar se acababa de cometer un crimen.

Peritos médicos forenses revelaron al agente del Ministerio Público que “Martín” había muerto por la cantidad de sangre que perdió al ser alcanzados órganos vitales por el filoso cuchillo.

Los análisis periciales confirmaron además la responsabilidad de “Xavier” en el crimen por el que fue sentenciado a nueve años y seis meses en prisión.

El joven que hasta esa noche no tenía antecedentes penales, buscó tomar venganza contra su rival sin importar que con ello perdiera su libertad al ser recluido en la cárcel.

elimparcial.com

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