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Ayudar a los pobres durante las campañas electorales alimenta y nutre la injusticia social.
Un sistema corrupto donde nada es gratis y que dice de manera subliminal "te corto las piernas y te regalo las muletas para que con tu voto me lo agradezcas".
Existe y continúa el debate sobre si la ayuda a los pobres durante las campañas electorales constituye clientelismo político y permanece como una cuestión candente.
¿Es genuina solidaridad o estrategia política?
Analizando estos casos paradigmáticos, nos preguntamos cuáles son las motivaciones detrás de tales gestos y si, en última instancia, benefician a las comunidades marginadas o solo sirven a intereses electorales a corto plazo de manera breve y temporal.
Este análisis crítico pretende arrojar una chispa de luz sobre temas complejos para vislumbrar percepciones arraigadas.
La Zona Maya emerge como un puente temporal, dónde la palabra "indigente" es como una semilla que invita a la reflexión lingüística, y nos aclara que la ayuda a los indígenas pobres durante campañas electorales llegan a un terreno político fértil donde los transforma en indigentes del sistema político y económico corrupto y decadente.
Los hechos no escapan a la crítica y la introspección de los demás ciudadanos lo perciben como la eterna y creciente injusticia social.
Dónde "los de fuera" vienen a gobernar y enriquecerse haciendo más pobres a los pobres nativos de ésta región.