La madre de la víctima amplió la demanda porque la muchacha estaba embarazada
Las versiones, "chismes" para afectarlo en los comicios: subprocurador de Justicia
BLANCHE PETRICH, HUGO MARTOCCIA Y JAVIER CHAVEZ ENVIADA Y CORRESPONSALES
Cancun, QR, 5 de febrero. A 12 horas de que se inicie la competencia electoral por el gobierno de Quintana Roo, al candidato del PRI Félix González Canto se le vino encima un viejo expediente judicial que se había "extraviado" hace años y en el que se le señala como implicado en el asesinato, el 9 de noviembre de 1999, de una jovencita de 16 años, Mayra Ayuso Rodríguez, en Cozumel, donde el priísta, en esa época de 31 años, era presidente municipal.
La madre de la muchacha, Ana Isabel Rodíguez Mejía, presentó anoche una demanda penal ante la Procuraduría General de Justicia del Estado por el extravío de la averiguación previa 1100/99, y pidió que fuera aceptada como prueba parte de este expediente perdido y recuperado por la familia de Mayra. En éste, uno de los declarantes, Juan Carlos Padilla Alcocer, confesó haber matado a golpes a la adolescente junto con un cómplice de nombre José Enrique, por encargo de un señor Rocha.
Dijo ante el agente del Ministerio Público de Cozumel, Mario Cajum Fernández: "Bajamos a Mayra en un lote baldío ubicado en un costado del aeropuerto y le advertimos acerca de la actitud que estaba tomando con el presidente municipal, de quererlo extorsionar por un supuesto embarazo, poniéndose ésta impertinente, por lo que se tuvo que tranquilizarla a golpes, y como estábamos ya alcoholizados se nos pasó la mano y la abandonamos en el lugar. Agrego a usted que la intención no era matarla, sino darle un pequeño susto".
El presunto asesino admitió haber recibido el pago por el encargo cumplido y además "me trasladé unos días a Playa del Carmen y Cancún para pasar unos días de vacaciones regresando después por el efectivo faltante". Después fue interceptado por Cajum para que realizara su declaración ministerial y fue dejado en libertad. Nunca se le volvió a molestar.
Por la muerte del hijo nonato de Mayra su madre amplió ayer su denuncia por doble homicidio.
La manipulación y extravío del primer expediente de este caso, dijo la madre de la muchacha al fundar su demanda, es un hecho "grave, delictivo e ilegal", porque en este reporte "se señala a los autores materiales del delito de homicidio de mi hija y de su hijo no nacido, y de igual forma se indica que el autor intelectual es Félix González Canto".
Este viernes empezó a circular entre algunos medios de prensa un "informe de investigación", firmado por el comandante de la policía judicial de Cozumel Jorge Picasso Sosa, con fecha del 8 de enero de 2000, con la declaración ministerial de Padilla Alcocer.
Al salir de la diligencia, llorosa y custodiada por el chofer del candidato del PRD-PT al gobierno estatal, Juan Ignacio García Zalvidea, la madre de Mayra recalcó que su demanda es contra quien resulte responsable y declinó hacer más comentarios.
Las dos hojas del expediente extraviado que detonaron el nuevo giro en este caso, que durante años logró ser acallado por autoridades judiciales del estado, pertenecen a la averiguación previa (AP) 1100/99. Esta fue sustituida posteriormente -no se precisa cuándo- por la AP 438/99. Este hecho, sostiene en su declaración la madre, es "incomprensible, arbitrario y contumaz, fuera de la lógica jurídica", y permitió el extravío de pruebas.
En el curso de la segunda averiguación fueron detenidos dos amigos de la joven, Alejandro Ciau Polanco, de 19 años, y Norma Páez, de 15, como "sospechosos". La chica fue liberada bajo fianza y el joven pasó 10 meses en la cárcel de Cozumel hasta que fue reconocida su inocencia.
En su nueva denuncia, la señora Rodríguez señala que Ciau fue "una víctima más de los funcionarios que integraron la maliciosa averiguación previa con el objeto de no señalar a los verdaderos asesinos materiales e intelectuales de mi hija".
La demanda de la señora Rodríguez se presentó ante el agente del Ministerio Público en turno de la Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo. Poco antes de que iniciara, el subprocurador Luis Alfonso Chi Paredes intentó "desmentir" la cita de reporteros con la madre de Mayra y opinó que "todas esas versiones son chismes para afectar electoralmente" al candidato del PRI.
En la recta final de las campañas políticas el tema de este asesinato, ocurrido hace un lustro, no estuvo ausente de los medios de comunicación locales, pero los operadores políticos de González Canto no previeron que pudiera llegar a este punto.
La declaración de Padilla Alcocer aporta también elementos que apuntan a la existencia de prostitución infantil y pederastia en la isla en aquellos años, práctica en la que estaría involucrado el ex director de la Policía Municipal de Cozumel, de apellido Rocha, y de la que el alcalde González Canto supuestamente era cliente.
El presunto homicida declaró que llegó a la isla de Cozumel con José Enrique, de quien desconoce sus datos generales, y se hospedaron en el hotel El Cozumeleño, donde fue presentado con el señor Rocha, y le explicó el trabajo que tenían que realizar; es decir, ir a una fiesta y ahí encontrar a Mayra, quien les iba a brindar un servicio en el que se incluía el sexo. Dijo que la finalidad principal era darle un susto debido a que "se encontraba extorsionando al presidente municipal, al que con anterioridad ella había dado un servicio."
El declarante ofrece más detalles. Se operaba en la discoteca Neptuno. Se les pagó 20 mil pesos iniciales por "el servicio" y luego se les liquidó una cantidad similar. Una vez muerta, el comandante Rocha -quien no fue citado a declarar en el proceso de investigación- los ayudó a "cambiarse de hotel" por protección y les aseguró que "iba a tratar de manejar la situación con gente de muy arriba".
El agente Cajum escuchó en ese entonces este relato de viva voz y levantó el acta. Posteriormente el comandante Picasso, de la Policía Judicial del estado, elaboró un informe a sus superiores. Después, el expediente se perdió. Ahora está de regreso, cuando nadie en las altas esferas del poder estatal lo esperaba.