Abraham COHUO UICAB
Isidoro Raya Benítez, alias “El Raya”, no es un narcomenudista cualquiera, sino presuntamente el líder de una célula de la delincuencia organizada dedicada a realizar levantones, secuestros, ejecuciones y traficar con drogas y armas en el Sur del Estado, además tiene vínculos con otros grupos delincuenciales de Cancún, Playa del Carmen, Cozumel y en Estados como Chiapas, desde donde le surtían los alcaloides que revendía en gran parte del Estado, según consta en el expediente de este caso, en el que se le imputa a Tomás Floreano Campechano, Rudy Alfredo Molina, Magali Hernández Pérez y Gloria Cristal Cabañas Morfín los delitos de homicidio calificado en grado de tentativa y privación de la libertad personal, en agravio de Cecilio Alamilla Ochoa, ex coordinador de la Policía de Barrio del municipio de Othón P. Blanco.
Las declaraciones de Tomás Floreano y Gloria Cristal confirmaron el testimonio de Cecilio Alamilla, quien desde un principio expuso a las autoridades federales que él había sido contratado por “El Raya” para capacitar a un grupo de jóvenes en Cancún y Limones, en Othón P. Blanco, supuestamente para conformar un grupo dedicado a la delincuencia y evitar que sus rivales le arrebataran la plaza, pues en por lo menos tres ocasiones escapó de atentados en su contra, en diversos puntos del Estado.
La diligencia de este caso, que inició el mediodía de ayer, culminó después de casi cinco horas, en las que cada uno de los detenidos compareció ante el juez a quien explicaron que los testimoniales que rindieron ante el agente del Ministerio Público del Fuero Común les fueron “sacados” a base de golpes y torturas, en las que supuestamente los policías judiciales llegaron en momento dado a amenazar a Gloria Cristal con matar a su hijo de dos años, si no les decía las actividades a las que se dedicaba su concubino.
Sin embargo, en lo que coincidieron los detenidos -a excepción de Magali Hernández-, es que el secuestro de Cecilio Alamilla se debió a que éste le faltó el respeto a la pareja sentimental de “El Raya”, a quien intentó violar en la casa de seguridad del poblado de Limones.
Al término de las diligencias del caso, la defensa de las dos mujeres solicitó la ampliación del término constitucional y la libertad de las mismas mediante el pago de una fianza, por lo que el juez penal les fijó 10 mil pesos de caución a cada una, cantidad que deberán depositar para abandonar el Cereso de Chetumal, lo cual no las absuelve de este delito.
“MI CONCUBINO SE DEDICA AL NARCOTRAFICO”: GLORIA CABAÑAS MORFIN
Sin duda alguna la comparecencia que resultó más reveladora fue la de Gloria Cabañas Morfín, quien ante el agente del Ministerio Público del Fuero Común dijo sin tapujo alguno que su marido se dedica al narcotráfico, la realización de levantones y secuestros, principalmente en el Sur de la entidad.
Explicó que sostiene una relación sentimental con “El Raya” desde hace algunos meses y que lo conoció en la comunidad de Palmar, cuando éste acudió a su casa para comprar unas plantas que sembraría en su terreno de la comunidad de Limones. “Me invitó para que trabajara con él limpiándole su casa en Limones y acepté, pero después de acudir varias ocasiones, comencé a sostener relaciones sexuales con él”, explicó la mujer.
Recordó que hace aproximadamente tres meses escuchó una plática de “El Raya” en la que le ordenaba a uno de sus empleados en Cancún que localizara y ejecutara a un sujeto apodado “El Pelo Loco”, quien controlaba algunas narcotienditas de ese polo turístico, pues éste había intentado asesinarlo a él para quedarse con la plaza.
“Aunque la ejecución de “El Pelo Loco” se la encargaron a “El Profe Luis”, el que lo ejecutó fue “El Flipy”, porque escuché la plática entre ellos cuando decían que le habían cortado las manos y pies en Cancún, y después lo tiraron en una zona de monte.
Explicó que además “El Raya” también ordenó el secuestro y ejecución de otro sujeto apodado “Castillo” en Playa del Carmen, la cual realizó un narcomenudista apodado “El Mono” y finalmente buscaban a “El Campanita” en Cozumel, pero éste se logró escapar y no lo pudieron matar.
Detalló que su concubino ordenó los asesinatos de dichas personas porque éstos habían intentado arrebatarle la plaza en varias ocasiones, por lo que antes de que se le adelantaran instruyó a su gente de esas ciudades para que acabaran con sus enemigos.
Relató que en múltiples ocasiones viajó con “El Raya” a la ciudad de Cancún, donde se hospedó en la casa de Jorge Vásquez, otro empleado de su concubino, en donde se realizaban fiestas a las que acudían varias personas, aparentemente empleados de su pareja.
Aseguró que una de las camionetas en las que se transportaba “El Raya”, una Ford Lobo, de modelo reciente, fue obtenida como pago de un secuestro que realizaron en el municipio de Solidaridad, y que su concubino acostumbraba a moverse en vehículos diversos. Una Cheyenne color verde, un Ford Fiesta gris, un Chevrolet Cavalier rojo y un Ford Mustang negro, aunque Cecilio Alamilla hizo referencia en su oportunidad a un Mustang blanco con franjas azules.
Respecto al motivo por el cual Cecilio Alamilla fue privado de su libertad, relató que el martes de la semana pasada (30 de noviembre) se disponía a tomar un baño cuando de pronto ingresó a la habitación el primero en mención, con quien sostuvo una discusión, para luego reportarle lo sucedido a “El Raya”, quien ordenó a sus trabajadores Tomás Floreano, Rudy Molina y dos sujetos más, a quienes únicamente los conoce bajo los apodos de “El Flaco” y “El Tripa”, que le dieran un escarmiento, por lo que éstos lo amarraron de pies y manos, para llevarlo a una casa ubicada dentro del predio donde días después los aprehendieron.
“Yo le dije que no le hiciera algo, pero él le dijo a Cecilio que no lo quería como trabajador ni como amigo, y no lo vi más, hasta que los soldados lo rescataron el día de la detención”, abundó Cabañas Morfín.
La mujer confirmó que el jueves pasado “El Raya” organizó una reunión en la casa de Limones con todos sus empleados (cerca de 20), pero sólo recuerda a los apodados “El Gordo”, “La Chata” y “El Diablo” (presumiblemente Carlos Cabañas Catzín, señalado como narcomenudista de Chetumal), además de otras personas, pero al entrar la noche salió a la banqueta de la casa en mención, donde estuvo platicando con Magali Hernández, cuando de pronto llegaron los elementos del Grupo Aeromóvil de las Fuerzas Especiales (GAFE) y las detuvieron, sin saber el motivo.
Sin embargo, después de que le fue leída la declaración antes citada, la mujer afirmó haber sido torturada por los policías judiciales para obtener elementos contra Raya Benítez, de quien dijo que, aunque sostiene una relación sentimental, desconocía que se dedicaba a actividades ilícitas, esto como estrategia de su defensa para que en los próximos días pueda alcanzar su libertad absoluta.
ME CONTRATARON COMO ALBAÑIL, PERO ME DIERON UNA PISTOLA PARA MI TRABAJO: TOMAS FLOREANO
Otro de los detenidos es Tomás Floreano Campechano, originario de Loma Bonita, Oaxaca, quien ante el agente del Ministerio Público del Fuero Común explicó que conoció a “El Raya” en una vinatería de la comunidad de Xul-Ha, donde él estaba tomando unas cervezas.
“Se me acercó y preguntó a qué me dedicaba, yo le dije que era albañil y me contestó, que tenía trabajo para mí en Limones, por lo que me llevó hasta un terreno donde hay varias casas, me asignó una de ellas y casi todos los días me invitaba a tomar y a fumar mariguana”, relató Tomás Floreano.
Sin embargo, pese a que supuestamente fue contratado para realizar trabajos de albañilería, “El Raya” le asignó una pistola calibre .380 para que “hiciera su trabajo”.
“En varias ocasiones escuché que el patrón (Raya Benítez) conversaba con varias personas sobre los negocios que hacían de compra-venta de drogas. Se ponía de acuerdo con unos chiapanecos y se iban para allá (Chiapas), y después de varios días regresaban con dos o tres kilogramos de droga”, explicó Floreano Campechano.
Dijo que la casa que le fue asignada por “El Raya” era empleada como bodega, pues allí llegaban a almacenar la droga, básculas grameras e incluso cuatro “cuernos de chivo”, que utilizaba su jefe y su gente más allegada, entre ellos “El Kaibil”.
Confirmó que en múltiples ocasiones recibió adiestramiento por parte de Cecilio Alamilla, pues cuando se juntaban varias personas en las casas, les ordenaba hacer ejercicio para mantener la condición física.
Sin embargo, también admitió que privó de la libertad a Cecilio Alamilla, pues éste le había faltado el respeto a Gloria Cristal, pareja de “El Raya”, por lo que incluso él fue quien lo amarró de pies y manos y lo mantenía vigilado las 24 horas para que no se fuera a escapar.
No obstante, a la medianoche del jueves, cuando cuidaba a Cecilio, escuchó que “El Raya” gritó: “Aguas, aguas, ya nos cayeron los huachos”, y toda la gente que estaba en la fiesta de la casa de su patrón salió corriendo, y aunque él también hizo lo mismo, fue alcanzado por los soldados quienes lo aprehendieron y trasladaron a las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado.
NOVIA DE NARCOMENUDISTA, LA PLAYENSE DETENIDA
Por su parte, Magali Hernández Pérez reconoció que estaba en la casa de Limones propiedad de “El Raya” el día de las detenciones, pero aseguró que desconocía que en el sitio había una persona privada de su libertad, pues ella sólo acudió al domicilio para acompañar a su novio, con quien vive en la ciudad de Playa del Carmen.
Aunque no quiso revelar el nombre de su novio, señaló que éste trabaja para “El Raya” vendiendo alcaloides en las diversas colonias de esa ciudad.
En días pasados su pareja recibió una llamada en la que “El Raya” le explicaba que estaba organizando una reunión en la comunidad de Limones, en la que estarían “todos” presentes, por lo que el jueves por la mañana arribaron al poblado en mención.
Señaló que después de conversar por un par de horas con “El Raya”, ella decidió hacerle compañía a Cabañas Morfín, pues ésta estaba sola con su hijo en otra casa del mismo terreno.
Sin embargo, cuando platicaba con ella, ya entrada la noche, y mientras su novio se reunía con “El Raya” y otros narcomenudistas, llegaron los vehículos del Ejército, quienes los detuvieron.
“El RAYA” TENIA A UN KAIBIL COMO ESCOLTA
El cuarto de los detenidos, Rudy Alfredo Molina, originario de Guatemala y ex kaibil (fuerzas especiales de ese país), se limitó a manifestar que él fue contratado como “guardaespaldas” del “patrón”, pero que realmente desconoce si se trata de “El Raya” o no, pues él se limitaba a cumplir con su deber para lo cual le habían asignado un arma calibre .9 milímetros.
No obstante, no dio detalles de cómo fue contactado por su “patrón” en su natal Guatemala.
Negó además haber participado en algún homicidio, pero confirmó que el miércoles de la semana pasada, cuando estaba en la casa de Limones, otros de sus compañeros recibieron una llamada de “El Raya” quien les dio instrucciones de darle un “susto” a Cecilio Alamilla, pues había intentado violar a Gloria Cristal Cabañas, por lo que él fue en busca de la víctima, le habló para que entrara a la casa, lo golpeó con su arma y posteriormente lo ató de pies y manos.
“Nunca intentamos matarlo, sólo queríamos asustarlo por órdenes del patrón. Luego lo soltamos... no sé por qué me acusan”, explicó “El Kaibil”, como era conocido este sujeto dentro de la célula delictiva.
Refirió que el jueves, cuando se reunieron los narcomenudistas, él estaba afuera del predio y fue quien alertó a los demás de la llegada de las fuerzas federales al sitio, lo que permitió que “El Raya”, junto con sus invitados, huyeran hacia un área de selva.
CECILIO ALAMILLA IBA A ENTRENAR A UN GRUPO DE SICARIOS, PERO ESTOS SE SUBLEVARON
Aunque Cecilio Alamilla permanece en calidad de agraviado, pues prácticamente fue rescatado por las fuerzas federales de una casa de seguridad de la comunidad de Limones, al rendir su declaración ante el agente ministerial, en días pasados también admitió su participación dentro del grupo que comandaba “El Raya”.
Explicó que conoció a éste, identificado también con el mote de “El Macre”, en el interior del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Chetumal, donde el primero purgaba una condena por el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército y Fuerzas Armadas, mientras que él estaba recluido por delitos contra la salud después de que fue detenido en posesión de varias dosis de cocaína.
Relató que durante ese tiempo hizo una buena amistad con “El Raya” y a su salida del Cereso de Chetumal, casi de manera simultánea, cada quien se dedicó a diversas actividades.
Fue hasta julio del presente año cuando se encontró casualmente con “El Raya” en un taller mecánico y éste le confesó que estaba vendiendo cocaína en Cancún, Cozumel y Playa del Carmen.
Con el paso del tiempo Cecilio se convirtió en cliente asiduo de “El Raya” y debido a la amistad, éste lo invitó a trabajar con él, para lo cual en octubre pasado lo envió a Cancún para capacitar a un grupo de jóvenes, quienes formarían un grupo de sicarios para defender la plaza.
“En Cancún llegué a la casa de ‘Humberto’, quien me dio instrucciones de acondicionar físicamente a un grupo de entre 15 y 20 chavos, pero durante el primer día los chavos se pusieron rebeldes, se sublevaron, por eso ya no seguí dándoles entrenamiento”.
Tres días después Cecilio le pidió prestado 500 pesos a Humberto y se regresó a Chetumal, debido a que no se sentía cómodo en la ciudad, sobre todo por el problema que había tenido con los jóvenes que supuestamente iba a capacitar.
Sin embargo, después de estar una semana en Chetumal, recibió una llamada de “El Raya” quien le preguntó por qué había abandonado el trabajo y éste le explicó el problema que había tenido con el grupo de muchachos.
“Me dijo que quería que yo regresara a Cancún, por lo que con uno de sus trabajadores me envió 500 pesos para que abordara un camión y regresara a Cancún. Al llegar nos la pasamos en reuniones, en las que tomábamos cervezas y jalábamos “perico” (cocaína).
El lunes de la semana pasada, después de permanecer durante algunos días en Cancún, Cecilio recibió órdenes de concentrarse en la casa de seguridad de Limones porque capacitaría a otro grupo de personas y el jueves de esa misma semana tendrían una reunión con todos los empleados de “El Raya”.
Ese mismo día llegó al poblado de Limones, donde estuvo entrenando físicamente a varias personas que allí estaban, pero el martes cuando tenía ganas de hacer sus necesidades fisiológicas, entró al baño, pero en el interior estaba Gloria Cristal Cabañas Morfín, pareja de “El Raya”, por lo que pidió disculpas y se retiró.
No obstante, un par de horas después cuando estaba afuera de uno de los predios, “El Kaibil” le dijo que quería hablar con él, por lo que entró a la casa y fue golpeado con un arma.
“Me amarraron, sólo me quitaban las vendas de las manos para ir al baño, en dos ocasiones me desamarraron, me sentaron en una silla y me dieron un “pericazo”.
Cuando les preguntaba por qué me hacían eso, únicamente me contestaban que por indicaciones del “patrón” (Raya Benítez)”.
Relató que estuvo encerrado y amarrado durante dos días y una noche los elementos del Ejército lo rescataron, mientras se celebraba la citada reunión en otra casa de “El Raya” en Limones.
HOY DECLARARAN EN EL JUZGADO FEDERAL
De acuerdo con información recabada por Diario de Quintana Roo, el representante social de la Federación ya consignó ante el juez de Distrito el expediente de este caso, en el que se le acusa a los cuatro detenidos y a Cecilio Alamilla los delitos de asociación delictuosa, contra la salud y portación de armas de uso exclusivo del Ejército y Fuerzas Armadas, por lo que hoy rendirían su declaración preparatoria.
Según los datos recabados, en el mismo expediente se solicita la orden de aprehensión contra Isidoro Raya Benítez, alias “El Raya” y/o “El Macre”.
Además, la Procuraduría General de la República (PGR) ya está realizando las investigaciones correspondientes para establecer y ubicar a los narcomenudistas que trabajaban para “El Raya”.