lunes, 11 de mayo de 2009

Reconoce la Sedena complicidad de autoridades


* La rapidez con que la organización instaló a un nuevo operador en la zona sólo fue posible "con la participación de diversas autoridades", afirma la Secretaría de la Defensa Nacional
* Rafael del Angel Vélez Morales (a) “Fayo”, despachaba todos los días en un restaurante de la Quinta Avenida de Playa del Carmen
* Ante la delegación de la PGR en Quintana Roo, empresarios no encontraron apoyo contra las extorsiones


De la Redacción

Al lograr dominar la zona norte de Quintana Roo, “Los Zetas” y el cártel del Golfo establecieron un sistema de miedo fundado principalmente en las extorsiones a los empresarios de los principales destinos turísticos de la entidad.

Con la complicidad de cuerpos policiacos, incluyendo la PGR estatal, en menos de dos meses el grupo criminal logró recuperarse tras la detención de sus líderes en febrero pasado e incluso nombrar a un nuevo jefe.

Así, en un restaurante de la Quinta Avenida en Playa del Carmen, Rafael del Angel Vélez Morales alias “El Fayo”, despachaba todos los días y ordenaba las extorsiones en Cancún, Cozumel, Riviera Maya e Isla Mujeres dirigidas hacia el empresariado local y también a los loteros de automóviles, sector que fue “fichado” por la célula delictiva.

La rapidez con la que la organización instaló al nuevo operador sólo fue posible “con la participación de diversas autoridades”, señaló la Secretaría de la Defensa Nacional, aunque no especificó cuáles ni dio nombres de funcionarios involucrados

Lo anterior se desprende tras la detención de “El Fayo”. En sus primeras declaraciones, Vélez Morales reveló que tenía la protección de diversas autoridades: no sólo de Cancún, sino de todo el estado de Quintana Roo.

Eso le había permitido reorganizar la célula delictiva y retomar el control en la zona del tráfico de personas, secuestro, piratería, extorsión y narcotráfico.

Dijo que una de sus principales fuentes de ingresos se originaba de la extorsión y el plagio a empresarios y comerciantes del puerto turístico, como los hermanos Omar, Obed y Joel Reza Martínez, quienes fueron ejecutados el 19 de enero de 2008.



La ola de extorsiones



Mediante mensajes de texto “Los Zetas” amedrentan a pequeños y medianos empresarios en Cancún y la Riviera Maya. Las amenazas tienen el objetivo de conseguir cantidades que van desde los 10 mil pesos hasta los 500 mil pesos, dependiendo del estatus del empresario en cuestión.

En este punto, se trata de doctores, arquitectos, ingenieros y dueños de centros comerciales y establecimientos de diferente índole comercial, quienes están bajo el miedo constante del grupo criminal.

Las amenazas son constantes. A cada instante a estos empresarios se les manda mensajes de texto diciendo que deben pagar la cuota de seguridad si no tendrán muchos problemas.

Como es de esperarse, la reacción natural del sector ha sido acudir a las autoridades, sin embargo, ahí es donde se estanca todo el problema. Resulta que ni la Procuraduría de Justicia del Estado ni la PGR en Quintana Roo, apoyan al empresariado local de la zona norte de la entidad.

Lo anterior, origina que se especule ya sobre un cierre masivo de negocios tanto en Cancún como la Riviera Maya por la ola de violencia y extorsiones.

Un ejemplo de esto ocurre con los “loteros” de autos. En este sector “Los Zetas” han visto un campo de recursos considerable, ya que desde una semana acuden con los tianguistas de vehículos a exigirles un automóvil y la cantidad de 20 mil pesos.

La presión es considerable para estos comerciantes. Tanto en Cancún como en Playa del Carmen han sido ubicados los principales loteros de autos y sobre de ellos se encuentra el grupo criminal.

Pero cabe aclarar que ésta no ha sido la primera presión sobre este sector. De acuerdo con algunos loteros, desde el mes de diciembre “Los Zetas” se acercaron a ellos para exigirles una unidad a cambio de que no les pasara nada.

Cabe señalar, que “Los Zetas” han iniciado esta ola de extorsiones debido a que no cuentan con recursos para operar como hasta el mes de febrero lo hacían, justo antes de que se diera el asesinato del General Tello Quiñones.

Hasta ese momento, los acuerdos que tenían con las autoridades policiacas de los tres niveles de gobierno, les permitía operar libremente y con ello obtener recursos de manera sobrada.

Sin embargo, los operativos que montó el ejército nacional después de la muerte del general han orillado al brazo armado del cártel del Golfo a replantearse su modo de conseguir recursos.

En esta nueva faceta, encontraron en Playa del Carmen un lugar para establecerse mientras esperan a que la presencia militar baje considerablemente en Cancún, ya que actualmente en esta ciudad sólo pueden operar hasta cierto grado el narcomenudeo.

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