domingo, 21 de agosto de 2011

Jóvenes delincuentes, víctimas del abandono familiar


Esmeralda Espinoza
SIPSE
Cancún, Quintana Roo

Osmar tenía 11 años de edad cuando su padre dejó la casa para irse con una mujer más joven que su madre. Es el mayor de sus hermanos; la depresión de la madre por no contar con el dinero para pagar los estudios de sus hijos, comprar comida, no tener un trabajo estable, ni dinero para la renta de una casa, comenzó a afectar en el comportamiento y la conducta de Osmar.

Después de dos años de que su familia pasó hambre y deambulará por muchos lugares, el adolescente logró concluir la primaria pero no le fue posible continuar la secundaria por falta de recursos económicos.

Pero el deambular por las calles, convivir con delincuentes y vivir en colonias en las que aprendió a cuidarse la espalda por cuenta propia hicieron que el niño de 12 años empezará a pensar en la forma de obtener dinero.

A los 13 años Osmar ya era el encargado de llevar el sustento de su familia, empezó robando en pequeñas tiendas de abarrotes comida y bebidas embriagantes y las guardaba en su mochila de forma muy cuidadosa para que nadie lo notara.

Diariamente robaba sin que nadie se percatara, después de un tiempo encontró aburrido el robar alimentos y empezó a asaltar en compañía de otros amigos las tiendas de conveniencia como “OXXO, Extra y Seven Eleven”.

A los 17 años el muchacho, atrapado en situaciones delictivas, decidió continuar su educación básica pero desde el tutelar para menores, donde recibe sus clases por personal de la escuela para adultos.

Al igual que Osmar muchos jóvenes viven siendo presa de sus instintos y pagando en la prisión por delitos que cometieron.

La directora de Informática y Estadística de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de la Zona Norte, María Salmerón Méndez, dijo que desde el mes de enero a junio, de 528 investigaciones especializadas sobre jóvenes de 17 años que en su mayoría son casos de estudiantes, el 39% son denuncias por robos, es decir, 206 jóvenes.

Las denuncias por robo son las más frecuentes, en segundo lugar de la lista de delitos de jóvenes de 17 años están los relacionados con lesiones, con 78 casos abiertos, seguidos de 44 casos de portación de arma.

Ante tal situación que prevalece durante esa edad, la PGJE por medio del departamento de Participación Ciudadana y Servicios de la Comunidad iniciarán una campaña para combatir la problemática.

La directora de dicho departamento, María del Carmen Pasos Ceh, expresó que es preocupante la situación de los jóvenes que ni estudian ni trabajan mejor conocidos como “ninis”, ya que muchas veces por falta de empleo se ven orillados a formar parte del mundo de las drogas que después los llevan a cometer delitos mayores. “La prioridad es mantenerlos ocupados en vez de perder su tiempo en actividades que no les son provechosas”, dijo.

Comentó que actualmente los “ninis” que son mantenidos económicamente por sus padres pasan muchas horas viendo televisión o en la computadora y no son personas productivas porque les gusta vivir de manera confortable sin mayores aspiraciones.

En otros casos, la vida en familia influye la modificación negativa del comportamiento de los jóvenes, pues muchos padres tienen rutinas de trabajo muy extenuantes y cuando llegan a sus casas obviamente prefieren descansar, y los hijos se van criando por cuenta propia.

El tipo de amistades que los adolescentes y jóvenes mantienen es otro factor que los lleva en muchas ocasiones a perder su tiempo y su vida. Y el factor más sobresaliente es que los altos índices de reprobación, en el caso de los que presentan examen en bachillerato, y la falta de espacio en las escuelas ocasionan que la juventud deje la escuela.

El programa que realizará la PGJE ayudará a que mientras los jóvenes están desempleados y sin estudiar aprendan en clases guitarra, cocina, pintura, así como incursionar en actividades recreativas y deportivas, para lo cual necesitarán el apoyo de la Secretaría de Cultura en Quintana Roo para realizar las actividades.

Al mismo tiempo se pretende, en coordinación con la Secretaría del Trabajo, buscar mecanismos para enlazar a empresas que brinden una oportunidad de trabajo a los muchachos a pesar de ser menores de edad, de no contar con experiencia laboral, y así empiecen a incursionar en el mercado laboral.

El punto es que no es suficiente prevenir el delito sino encontrar la forma de que los jóvenes encuentren actividades que les proporcionen un buen estilo de vida para permanecer lejos de la delincuencia.

Hasta el momento hay 521 casos de jóvenes delincuentes en trámite y cinco ya fueron consignados.

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