domingo, 30 de diciembre de 2012

Ruta hacia EU bajo control de organizaciones criminales

Cada kilómetro que los migrantes recorren al internarse en México es sinónimo de riesgo.

Los 12 mil dólares que cuesta iniciar el tránsito por el país con la promesa de cruzar a Estados Unidos no son garantía de seguridad; con la ayuda o no de un traficante, en el trayecto los viajeros están expuestos al robo, abuso, extorsión, secuestro, trata y homicidio, por parte de organizaciones criminales y sus células que exigen “cuotas” adicionales por las rutas que controlan en al menos 19 de los 32 estados.

El crimen organizado obtiene por este trasiego ganancias por casi 7 mil millones de dólares anuales, revela la Organización de las Naciones Unidas.

Cuatro sacerdotes católicos encargados de los albergues para migrantes más emblemáticos en México, advierten que el crimen organizado sigue empoderado, las tragedias colectivas e individuales se registran a diario y la colusión con las autoridades o su omisión es evidente.

Coinciden en que los cárteles —que diversificaron su actividad criminal—, controlan rutas migratorias, fijan cuotas extras al costo del viaje a través de sus células estatales, aliados con los polleros o traficantes que se supeditaron su poder.

Los sacerdotes católicos Fray Tomás González Castillo, de la casa La 72 de Tenosique, Tabasco; Pedro Pantoja, de Belén Posada del Migrante, en Saltillo, Coahuila; Prisciliano Peraza García, del Centro Comunitario de Atención al Migrante y Necesitado en Altar, Sonora, y Alejandro Solalinde Guerra, coordinador de Pastoral de la Movilidad Humana del Episcopado Mexicano, quien dirige el albergue Hermanos en el Camino, de Ixtepec, Oaxaca, advierten sobre esta crisis humanitaria, que el gobierno ha sido incapaz de atender.

Fray Tomás asegura que “no sólo no hay cambios, todo ha empeorado”.
Diario, alrededor de 500 personas en promedio toman el tren en Tabasco hacia un destino incierto, ya que en el trayecto grupos armados perpetran secuestros en total impunidad para exigir de 3 mil a 5 mil dólares de rescate.

Pedro Pantoja, que recibe en su albergue de Coahuila hasta 300 migrantes, dice que el crimen “opera con la complicidad de las fuerzas de seguridad, de lo contrario no es posible entender que recorran mil 500 kilómetros sin que nadie detecte sus actividades”.

Mientras que en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, la delincuencia consolidó su poder y decide quiénes cruzan a EU, quiénes no regresarán a casa.

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