martes, 25 de diciembre de 2012

Se suicida el esposo de la síndico de Chicxulub

Chicxulub
Yucatán

El esposo de la síndico municipal de este municipio, Bernarda Pech Matú, se suicidió anoche en la cárcel municipal, luego que fue encarcelado por escandalizar ebrio en casa de su madre.

Alrededor de las 8:30, la Policía Municipal recibió una llamada que advertía sobre un disturbio en la colonia Limones; al llegar al lugar, los agentes encontraron a Ismael Chin Pech, de 39 años, conocido como ”Toby”, de oficio Tricitaxista, quien estaba en estado de ebriedad y escandalizaba en la casa de su madre, Rosa Chan, ubicada en la calle 15 entre 24 y 26 del barrio de la Ermita.

Los oficiales trasladaron a Chin Pech a la comandancia de la Policía Municipal para encarcelarlo. Poco antes, los policías hablaron a la síndico para enterarla del caso.

La síndico municipal dio su autorización para que lo encarcelen. El detenido permaneció vestido, al parecer por ser esposo de la regidora y por el frío de la noche.

Chin Pech se quedó sin vigilancia a pesar de que había amenazado durante su detención con quitarse la vida si lo dejaban preso. La cárcel está ubicada a unos 100 metros de la dirección de la Policía Municipal.

Cerca de las 9:30 de la noche, los policías fueron a ver al preso para llevarle de cenar y se encontraron con la trágica escena, en ese momento dieron aviso a los familiares de lo ocurrido.

Según datos recabados, la alcaldesa Daniela Pool Alvarado intentó que un médico certificara la muerte para que no intervinieran las autoridades correspondientes, pero como ningún galeno se arriesgó, reportaron los hechos a la Fiscalía General del Estado, que envió al Semefo para trasladar el cadáver al cementerio de Xoclán para realizar la necropsia de ley.

Los familiares realizaron los trámites para recuperar el cuerpo y enterrarlo hoy mismo.

El director de la Policía Municipal, Nicolás Amaya Chalé no supo dar una explicación del porque al occiso no se le asignó vigilancia, ya que se encontraba sólo en la cárcel pública.

Por Mauricio Can Tec – Ernesto Pinzón Franco

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